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Actualizado: 23 de junio de 2025
Hay ocasiones en que su vida de ahora le parece vulgar, egoísta y prosaica, comparada con la vida de sacrificio, con la existencia espiritual a que se creyó llamado en los primeros años de su juventud; pero Pepita acude solícita a disipar estas melancolías, y entonces comprende y afirma Luis que el hombre puede servir a Dios en todos los estados y condiciones, y concierta la viva fe y el amor de Dios que llenan su alma, con este amor lícito de lo terrenal y caduco.
Tú que eres de esas aldeas, y conoces todo eso, ¿no sabes por dónde podremos ir sin que encontremos a nadie? Pero, si estará todo húmedo.... Ya no; el sol habrá secado la tierra.... ¡Yo traigo buen calzado. Anda... vamos, Petra! Ana suplicaba con la voz como una niña caprichosa y con el gesto como una mística que solicita favores celestiales. Petra miró asombrada a su señora.
Mañana le da un disgusto la política á un hombre como usted; pues se mete en su casa muy tranquilo, diciendo: ¡Ahí queda eso!... Además, no es fácil comprender hasta qué punto facilita el camino de los altos puestos la circunstancia de gozar una buena renta el que los solicita... Créame que, averiguado que un hombre es rico, los obstáculos desaparecen de su vista como por encanto... Pero así que se susurra que es pobre, todo el mundo corre á ponerle el pie delante para que caiga de narices.
Pues entonces, ¿cómo solicita usted una ocupación que le es desconocida? Tengo buenas noticias de usted. Ya Román me dijo que es usted un muchachito inteligente, que sabe usted hacer bonitos versos.... Pero, es cosa sabida: no son los mejores empleados los que se andan todo el día a caza de consonantes.... Me dieron ganas de estrangular al viejo.
Ha llegado á Madrid en busca de fortuna, y solicita que le hagan capitán de Tercios, para lo cual anda de ceca en meca, sin poder conseguir otra cosa que desprecios. La dama de enfrente es de la más alta nobleza, hija de algún montero mayor de la Casa Real, ó cosa por el estilo, lo cual hace que tenga entrada en Palacio, y sea bien quista de Reyes, Príncipes é Infantes.
Una buena mujer me aplicaba a las narices un paño mojado con vinagre. Su marido, lanceta en mano, estaba a punto de sangrarme. Impedí que lo hiciese, y les rogué que me procurasen un carruaje. Aquella buena gente me sirvió de la manera más solícita, y se negó de todo punto a recibir la gratificación que yo les ofrecía.
El maestro de Tianì, continuó el secretario hojeando unos papeles, solicita se le dé mejor local para... ¿Qué más local si tiene un camarin para él solo? interrumpió el P. Camorra que había acudido olvidándose ya del tresillo. Dice que está destechado, repuso el secretario, y que habiendo comprado de su bolsillo mapas y cuadros, no puede esponerlos á la intemperie...
En esta atencion, y de que lo que solicita alguna parte del pueblo en concepto de V. E., no puede ni debe ser, por muchas razones de la mayor consideracion; teniendo V. E. las fuerzas á su disposicion, está en la estrecha obligacion de sostener su autoridad, tomando las providencias mas activas y vigorosas para contener esa parte descontenta: y de lo contrario este Ayuntamiento hace responsable á V. E. de las funestas consecuencias que pueda causar cualquiera variacion en lo resuelto.
Nada de mi cuerpo me pide ella; el alma es toda suya, y nada del alma pongo al saciar, lejos de su presencia, apetitos que ella misma sin saberlo excita; en vano pensaba esto, porque agudos remordimientos le pinchaban cada vez que Ana, solícita, dulce y sonriente le pedía con las manos en cruz que se cuidara, que no entregase todas sus horas al trabajo y a la penitencia. «¿Qué sería de ella sin él?».
Don Luis, que nada sabe de esto, lo solicita para que hable en su favor á Leonarda, y Don Juan se compromete á realizar su deseo, movido de la amistad que le profesa; luchando, pues, con sus propios sentimientos, habla á su amada de la pureza y fidelidad amorosa de Don Luis, y le ruega que le dé su mano.
Palabra del Dia
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