Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 18 de junio de 2025


No por cierto: una encomienda. Mirad, padre. Y Montiño sacó un estuche y le abrió. Pero eso es un collar de perlas dijo el padre Aliaga. Montiño, que no se había repuesto de su turbación, había tomado un estuche por otro, y había mostrado al fraile la alhaja que el duque de Lerma le había dado para seducir á la aventurera con quien se pensaba entretener al príncipe don Felipe.

Y aunque embargado todavía por el dolor de la pérdida de una joven esposa y adorando su memoria, su temperamento ardiente y exuberante le arrastró á seducir á aquella doméstica. Quedó en cinta. D. Félix, para evitarle la vergüenza envióla á Castilla facilitándole todo lo necesario. Murió allá.

Todo contribuia á seducir á los madrileños: los toros, los mil primores del Real sitio, el placer casi fantástico que produce el vuelo en ferrocarril, y aún la novedad de convertir á Aranjuez en el Versalles de Madrid. Los trenes se sucedian y los asientos no alcanzaban.

Sacrifican así, esos espíritus escogidos, una gloria seria y permanente, por una gloria inconsistente y del momento. Cané principió por dejarse seducir por el diarismo político y derrochó un espléndido talento en escribir artículos de combate que, deslumbradores fuegos de artificio, vivieron lo que viven las rosas, el espacio de unas horas. ¿Quién se acuerda hoy de ellos?

Mientras duerme, la Idolatría y la Vanidad se proponen seducir al Rey de nuevo, presentándose por su orden una estatua de bronce de Baltasar, adorada en un templo; pero Daniel la obliga á exclamar con voz tremebunda: Los dioses que adoras son De humanas materias hechos Y hallando en El juicio de Dios inmenso, A mis voces de metal Os rendid.....

Perdió el miedo, aturdido por aquella proximidad ardiente y olorosa de su amada, y como si esto fuera escasa borrachera, se dejó seducir por las tretas de Mochi, que le invitaban sin cesar a beber de todo.

Era Iriarte, el amante de doña Camila y antiguo dueño de la casa de campo. El aya había procurado seducir a don Carlos; sabía que su difunta esposa era una humilde modista, y ella, doña Camila Portocarrero que se creía descendiente de nobles, bien podía aspirar a la sucesión de la italiana. Creyó que don Carlos se había casado por compromiso, que era un hombre que se casaba con la servidumbre.

Un español, pagado por Don Salvador Moxó, que habia sustituido á Cevallos mientras un viaje de este á la Península, logró seducir en Kingstown á uno de los sirvientes de Bolívar; y cierta noche, acercándose á la hamaca en que solia dormir, clavó su acero homicida en el corazon de la persona que alli estaba acostada.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando