United States or Côte d'Ivoire ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cerrando los ojos, se dijo: «¡Dios mío, sácame de tan terrible duda; arráncame esta idea!... ¿Es esto mentira, es esto verdad? ¡Yo heredera de Rafaelito Antrines; yo con medios de vivir!... ¡Nina pidiendo limosna; Nina con un riffeño!...

Las manos le bailaban a Loppi del asombro. Ya ves, leñador le dijo el camarón, que no soy desagradecido. Ven acá todas las mañanas, y en cuanto digas: «¡Al morral, pecestendrás el morral lleno, de los peces colorados, de los peces de plata, de los peces amarillos. Y si quieres algo más, ven y dime así: /P «Camaroncito duro, Sácame del apuro»: P/ y yo saldré, y veré lo que puedo hacer por ti.

«Viento querido, amigo mío, sácame de aquí gritó la pluma agitando su fleco para volar. Levántame; llévame por esos aires de Dios, que no quiero ver tantos horrores. ¡Maldita sea la gloria y malditos los pícaros que la inventaron! Parece mentira que me haya dejado alucinar por tan craso disparate.

Yo te prometo cuanto quieras, hija mía repuso Bermúdez trasudando de congoja y sentándose al lado de Nieves . Pero cuenta, ¡cuenta, por el amor de Dios! y sácame cuanto, antes de esta terrible curiosidad en que estoy metido.

Nada contestarte dijo doña Manolita . Veo que en mucho de lo que dices tienes razón; pero ya que te confías en y me haces ver lo más escondido del alma, sácame de una curiosidad: explícame, si puedes, ciertas cosas que me parecen rarísimas en tu existencia.

Al abrir los ojos, en vano buscó al objeto de su tierna pasión; reconociendo el sitio, sacudió sus encajes magullados y rotos, y dió al viento sus quejas en esta forma: «Ay, vientecillo, sácame de aquí, por las ánimas benditas; levántame, que me muero de tristeza. Quiero correr otra vez, pues ahora comprendo que la felicidad no existe en lo que yo creía. ¡Buena tonta he sido!

Y al charco fue al salir el sol, limpiándose los sudores, y con la sangre a medio helar. Llegó. Llamó. /P «Camaroncito duro, Sácame del apuro.» P/ Vio salir del agua las dos bocas negras. Oyó que le decían «¿qué quiere el leñadorpero no tenía fuerzas para dar su recado. Al fin dijo tartamudeando: Para , nada: ¿qué pudiera yo pedir? Pero se ha cansado mi mujer de ser princesa.

Llamó muy quedito: /P «Camaroncito duro, Sácame del apuro.» P/ ¿Qué quiere el leñador? dijo el camarón, saliendo del agua poco a poco. Nada para : ¿qué más podría yo querer? Pero mi mujer no está contenta y me tiene en tortura, señora maga, con tantos deseos. ¿Y qué quiere la señora, que ya no va a parar de querer? Pues una casa, señora maga, un castillito, un castillo.

¿Dónde esperar la muerte sin que me acosen con sus voces?... ¿En qué oscura cueva de lobo o de león iré a esconderme?... ¡No hallo paz en la vidaFui pastor de lobos y ahora mis ganados me comen ¡Engendré monstruos y estoy maldito! ¿Por qué de aquel vientre de mujer santa salieron demonios en vez de ángeles con alas? ¡Estaba maldito el sembrador! ¡Estaba maldita la simiente! ¡Muerte, no tardes! ¡Sácame de este pozo de sierpes y dame a tus gusanos!... ¡Que me coman tus hijos, pero no los míos! ¡Muerte, no tardes! ¡Dios, si por mis pecados no me quieres, deja que me arrebate Satanás!

¡Eh! ¡vive Dios! ¡don Francisco! dijo deteniéndose de repente el embozado que adelantaba ; ¿así queréis tratar á quien viene á salvaros? ¡Ah! ¡por mis pecados! ¿conque eres , Francisco de Juara? dijo todo admirado Quevedo . ¡Milagro patente que hagas una buena acción! Me conviene. Os tengo cogida una palabra. Cógeme primero á , y sácame de este atollo. A eso vengo, y por vos esperaba.