Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 25 de octubre de 2025


¡Me hace usted daño! ¡Déjeme! ¡Obedece! ¡No! ¡Obedece! Lea lanzó un grito desesperado y se retorció, con las lágrimas en los ojos. ¡Oh! Me martiriza usted... ¡Cobarde! ¡Obedece, mal bicho, ó te rompo el brazo! Aquel hombre cataba espantoso de furor y el pensamiento de un asesinato aparecía en sus ojos. Lea cayó de rodillas enloquecida.

Yo no conservo ninguna tuya. Ya sabes que las rompo en cuanto las recibo. Raimundo no se movió. Después de esperar unos momentos, Clementina se acercó a él por detrás, se inclinó silenciosamente y le puso las dos manos en las mejillas, diciéndole con acento dulce: ¡Retonto! ¿no hay más mujeres que yo en el mundo? Raimundo se estremeció al contacto de aquellas manos delicadas.

Decidle vos á tu patrona que no me doy la vuelta como muchos otros, y que ella siempre será la mesma para , porque yo soy de los de «me rompo pero no me dueblo»... Eso me ha dicho Manos Duras para que yo se lo diga á la señora.

¿Habéis visto pasar dos coches para arriba? . No. Dos. Tres. Para abajo. Mentira, mainate... ¡si te inflo!... Para arriba, señor cura. Era una galera. ¡Un coche, farol! Dos carros eran, mainate. ¡Te rompo!... ¡Te inflo!... El Magistral no pudo averiguar nada. Se inclinó a creer que habían pasado. Pero no dejó el paseo; continuó dando vueltas y limpiándose la mano besada por la chusma.

Estaba el que va para la escuela con su cartera de estudio, y el pillete descalzo que no hace más que vagar. Por el vestido se diferenciaban poco, y menos aún por el lenguaje, que era duro y con inflexiones dejosas. «Chicooo... mia éste... Que te rompo la cara... ¿sabeees...?».

¡Qué ha de ser! ¡No hay más cera! Te rompo... si no fueses tan mandria... te inflaba el morro... por farolero. ¿Qué más da, si no es eso? dijo la niña poniendo paces . A ver el otro. ¿Na? ¿na? Natalia.... Tampoco. No acertó ninguno. Otra rueda. ¡Da señas, tísica! escupió más que dijo el dictador.

Y cuando es una misa de mucha música, de esas que le gustan a don Luis, acabo por renegar del órgano y de quien lo inventó, pues me rompo los brazos. ¡El trabajo! dijo el campanero con énfasis . ¡El trabajo es un castigo de Dios! Ya sabéis su origen. Fue la pena eterna que el Señor impuso a nuestros primeros padres al arrojarlos del Paraíso. Es una cadena que siempre llevaremos arrastrando.

Con tu vida trabajosa y santa, no sólo borrarás hasta las últimas señales de esta caída sino que después de perdonarme el mal que te he hecho, conseguirás del cielo mi perdón. No hay lazo alguno que conmigo te ligue; y si lo hay, yo le desato o le rompo. Eres libre. Básteme el haber hecho caer por sorpresa al lucero de la mañana; no quiero, ni debo, ni puedo retenerle cautivo.

MÁXIMO. Vaya, vaya, no juguemos. Me contagias, Electra; me desmoralizas... ELECTRA. Déjame que me recree con las cualidades de este metal bonito, que es mi semejante. ¡Soy tenaz... no me rompo...! Pues bien puedes decírselo a Evarista y a Urbano, que en el sermón que me echaron hoy dijéronme como unas cuarenta veces que soy... frágil... ¡Frágil, chico! MÁXIMO. No saben lo que dicen.

¡Ni una bala! ¡ni una bala! ¡San Nicolás! ¡Santa Bárbara, y todos los santos del calendario, si no venís en mi auxilio gritó Kernok en un estado de espantosa exasperación , juro hacer añicos vuestras hornacinas del mismo modo que rompo este compás! ¡Y que un rayo me pulverice si queda piedra sobre piedra de una sola de vuestras capillas en toda la costa de Pempoul!

Palabra del Dia

pacificadoras

Otros Mirando