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Luego estampó un beso en las pálidas mejillas del doctor, logrando así que aquellos dos filósofos se atemperaran a su humor más plácido y más sereno. ¡Vamos! exclamó el doctor, ya que este día pertenece a mis hijos por entero, hay que aprovecharlo bien. Muy pronto me veré en la imposibilidad de repetir semejante oferta. De este modo pudieron Amaury y Antoñita renovar sus antiguas conversaciones.

Después empeñé la pulsera, el reloj; pero nunca bastaba, hijito. Por tu suerte, él me había dado cierta cantidad para renovar parte de la sillería..., pues al montón con ella. En fin, mi tía Encarnación me proporcionó el resto... Y aquí vienen los escozores que siento en mi conciencia... Es preciso que tu inteligencia se ponga a la altura de tu gran corazón. Te diré la verdad pura.

Los Padres antiguos, unos con escritos polémicos, otros con apologías rechazaron eficacísimamente esta casta de enemigos del nombre Christiano, puesto que ya entonces los habia como ahora, y no hacen los del tiempo presente otra cosa que renovar los errores envejecidos y olvidados; y siendo tanta la abundancia de escritos con que los Padres, y Doctores de la Iglesia han impugnado á toda suerte de sectarios, sería del caso que algun Teólogo, valiéndose de ellos, y adornando sus máxîmas con los atractivos del siglo presente, los publicase, para que viese todo el mundo que estos modernos quieren lucirse entre los incautos con pensamientos viejos, rechazados con invencibles argumentos.

¿No me había usted dicho que iba el domingo a Argicourt, padrino? preguntó de repente, cortando un período que ni siquiera había oído. ¿A Argicourt?... ¡Ah! , perfectamente. Un arriendo que renovar. Si usted no tiene inconveniente, aprovecharé su coche para hacer la visita de despedida al castillo. Concedido, ahijado; si eres bueno, guiarás a la Gris.

Los amigos del duque, tranquilizados ya, a ruegos de este, se pusieron en camino de vuelta. El paciente había exigido que le dejasen solo, bajo la tutela de su hábil doctor, su antiguo amigo, como le llamaba, y aun despidió a casi todos sus criados. Así él y su médico pudieron renovar conocimiento a sus anchas.

No procuró confirmarlos, primero porque no le importaba, y después porque una vez confirmados se vería obligado a despreciarla, y no quería que una mujer que tanto se parecía a su madre en la figura fuera un ser despreciable. Se abstuvo de pedir noticias de ella. Contentóse con satisfacer siempre que podía aquel extraño deseo de renovar su dolor, de conmoverse hasta derramar lágrimas.

Ignorando la muerte del Duque, había regresado al puente para renovar el combate. No lo que se propondría hacer con los otros tres secuaces de Miguel y cómplices suyos, pero creo que no había formado plan alguno, porque la muerte del Duque fue impremeditada por su parte.

Este pensamiento me sobresaltó. Aproveché la primer coyuntura para entrar en conversación aparte con la superiora. Con cierta astucia, que no había reconocido en hasta entonces, fui llevándola adonde era mi propósito, y pude averiguar una noticia que hizo brincar a mi corazón. La hermana San Sulpicio necesitaba renovar sus votos en el mes entrante, que era cuando terminaban los cuatro años.

Durante este tiempo, su hijo y su hija política hicieron un viaje a Francia y otro a Inglaterra, perdiendo también su querido nietezuelo. Nacioles una niña que es el ídolo de su madre y de su abuela, la cual parece renovar en todo su imagen, aquella imagen venerable de la anciana madre, que, a pesar de su edad, conserva en el corazón el fuego santo del amor a sus hijos, a sus semejantes y a Dios.

Siempre, en momentos iguales, buscaba Torrebianca los recuerdos de su primera juventud, como si esto pudiera servirle de remedio. La mejor época de su vida había sido á los veinte años, cuando era estudiante en la Escuela de Ingenieros de Lieja. Deseoso de renovar con el propio trabajo el decaído esplendor de su familia, había querido estudiar una carrera «moderna» para lanzarse por el mundo y ganar dinero, como lo habían hecho sus remotos antepasados. Los Torrebianca, antes de que los reyes los ennobleciesen dándoles el título de marqués, habían sido mercaderes de Florencia, lo mismo que los Médicis, yendo á las factorías de Oriente á conquistar su fortuna.