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Mala noche pasó el pobre boticario a vueltas con sus inútiles investigaciones mentales; peor que Leto, mucho peor; porque éste, al fin, logró encontrar en medio de sus escozores y espasmos, ya que no un calmante de ellos, un remedio para sufrir hasta con gusto sus rigores; y fue que de pronto cayó en una idea en que hasta entonces no había caído de lleno, a causa de tener la sensibilidad fuera de quicio por la fuerza de sus aprensiones extremadamente pesimistas.

Se ha observado tambien escozores y prurito en la piel, vegetaciones verrugosas, cara pálida y empañada, rubicundez de la conjuntiva, legañas en los párpados, tumefaccion y dolor de escoriacion en las encías. El bismuto, segun los datos clínicos, es el mejor medicamento para combatir los dolores calmados por el agua fria, y las gastralgias con calambres y estremecimientos musculares.

Después empeñé la pulsera, el reloj; pero nunca bastaba, hijito. Por tu suerte, él me había dado cierta cantidad para renovar parte de la sillería..., pues al montón con ella. En fin, mi tía Encarnación me proporcionó el resto... Y aquí vienen los escozores que siento en mi conciencia... Es preciso que tu inteligencia se ponga a la altura de tu gran corazón. Te diré la verdad pura.

La diosa Vénus salió de Chipre, viajó por el mundo, y se hizo idolatrar aquí en la elaboracion de la materia. Tratar de hacer algo en Paris, es tratar de hacer una Vénus, un ídolo, una melodía. Alguna vez esta melodía deja escozores en el oído; acaso esto sucede más de alguna vez; pero la melodía brotó, se operó el prodigio; ¿qué significa lo demás? ¡Siempre el palaustre!

El órgano del olfato padece igualmente; los escozores, los pruritos y los estornudos no son mas que el preludio de corizas interminables, ó que se reproducen por la causa mas pequeña, porque dominan los síntomas del coriza y de la abundante secrecion nasal.

Lo cierto es que los escozores le llegaron tan al alma, que, sin poder contenerse, se alzó del diván. Entonces Leticia, leyéndole en la actitud lo que le estaba pasando por dentro, quiso salvar su ociosa imprudencia, si es que la había cometido, que yo no lo , cambiando súbitamente de aspecto y diciéndole con la mayor serenidad y sin levantarse: ¡Si no hemos concluido todavía!

Hace pocos dias nos dijo que tenia un aneurisma en el corazon, que sentia morirse por instantes, y el no encontrarle aquí nos da escozores sobre su suerte. Creemos que si estuviera capaz de salir á la calle, no dejaria de asistir á la cita diaria. Recordamos que vive en la calle de Gît-le-coeur; pero no se nos ocurre el número.