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Actualizado: 23 de junio de 2025
258 Se venían tan calladitos que yo me puse en cuidao; tal vez me hubieran bombiao y ya me venían a buscar; mas no quise disparar, que eso es de gaucho morao. 259 Al punto me santigüé y eché de giñebra un taco; lo mesmito que el mataco me arroyé con el porrón; si han de darme pa tabaco, dije, ésta es güena ocasión.
202 Corcovió el de los tamangos y creyéndose muy fijo: ¡más porrudo serás vos, gaucho rotoso!, Me dijo. 203 Y ya se me vino al humo como a buscarme la hebra, y un golpe le acomodé con el porrón de ginebra. 204 Ahi nomás pegó el de hollín mas gruñidos que un chanchito, y pelando el envenao me atropelló dando gritos. 205 Pegué un brinco y abrí cancha diciéndoles: caballeros, dejen venir ese toro.
Rociole la cara con agua fría, le desprendió la bata y le volcó en la boca las últimas gotas del aguardiente de caña que quedaban en el porrón. Pero su corazón parecía no latir de nuevo, ella no recuperaba la vida. Irritado por esa obstinación de morirse, le dio un puntapié, se acostó otra vez bajo su raído poncho y a los pocos instantes irrumpió en ronquidos...
El buque estaba á veces cerca del Brasil, á la vista de Fernando de Noroña, distinguiéndose las chozas cónicas de los negros instalados en la isla bajo un sol ecuatorial, y los tripulantes creían comer en una barraca de la huerta de Valencia, pasándose de mano en mano el porrón de vino fuerte de Liria.
387 El amor como la guerra lo hace el criollo con canciones; a más de eso en los malones podemos aviarnos de algo; en fin amigo, yo salgo de estas pelegrinaciones. 388 En este punto el cantor buscó un porrón pa consuelo, echó un trago como un cielo, dando fin a su argumento; y de un golpe el instrumento lo hizo astillas contra el suelo.
A pesar de la vaga esperanza de un porrón de vino extraordinario que animaba á los más de los oyentes, un murmullo de incredulidad surgía al final del relato.
Aquella multa era una amenaza para el calzado de sus hijos; iba á llevarse el montoncito de ochavos recogido por Teresa para comprar alpargatas nuevas á los pequeños. Al pasar frente á la taberna, se ocultó Pimentó con la excusa de llenar el porrón, y sus amigos fingieron no ver á Batiste. Su aspecto de hombre resuelto á todo imponía respeto á los enemigos.
Circulaba el porrón, soltando su rojo chorrillo que levantaba un tenue glu-glu al caer en las abiertas bocas; obsequiábanse unos á otros con puñados da cacahuetes y altramuces.
La condesa acomodó la roja cabecita en su blanda almohada con lazos rosa y fijó en el ministro sus claros ojos, que expresaban admirablemente la extrañeza. Afianzóse Martínez las gafas de oro, torció la descomunal cabeza, y amenazando a Currita con su gordo y porrón dedo, como hace el dómine que echa al niño una reprimenda cariñosa, le dijo: En Palacio están muy disgustados...
Limpiado que hubo la cuchilla en el césped, volvió a comer su churrasco, mezclando en el acero las mal limpiadas gotas de la sangre de Peñálvez con el jugo del churrasco. De cuando en cuando se empinaba el porrón de aguardiente de caña, hasta quedarse medio borracho, según su costumbre, a la caída del sol. Como el crepúsculo se obscurecía ya, fue a tenderse en el rancho.
Palabra del Dia
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