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Actualizado: 3 de junio de 2025


»¡Que Dios le libre a un hombre de bien de que se ponga en tela de juicio su derecho a la camisa que lleve puesta; porque con eso solo, está en muy grave apuro de perderla! Se sorprendió mucho mi madre cuando entré en su habitación a saludarla. Contaba con hallarme en el temple en que me había despedido de ella la noche antes, y me veía tranquila y sosegada, como si nada me hubiera pasado.

Mi alma ardía ante la idea de aliarse en el espacio con el alma de aquella desconocida; si ella se alejaba, yo la seguía con la mirada hasta perderla de vista, la esperaba hasta que volviese y, al verla de nuevo, trataba de apoderarme de su imagen, de apropiármela por completo y de identificármela, para no perderla jamás.

Entonces, si la Condesa abrigaba esa simpatía, y en el caso de que el Príncipe, como usted, la hubiera notado, ¿no cree usted que cuando comenzó a tratarla mejor fue por miedo de perderla, celoso de Vérod? La mujer abrió los brazos y meneó la cabeza. No podría decirlo, señor. De la rusa, de esa estudiante, ¿qué piensa usted?... ¿Qué venía a hacer aquí?

Esta le apretó con fuerza la mano poniéndose a caminar al lado de Pedro, mientras le decía agitada febrilmente: Nada de depresivo para usted... nada que pueda herir su dignidad... ¡Al contrario!... Se ha sentido conmovida hasta el llanto de lo que ella llama su generosidad de usted... Pero el caso es que ha tomado una gran resolución... Se va al convento... Entra carmelita... , señor, carmelita... Mi sorpresa es tan grande como la de usted... porque yo sabía que era piadosa, creyente, pero no beata... Necesariamente la lleva a dar este paso esa vida miserable que arrastra al lado de su horrible tía de usted... dispénseme usted la palabra... Le he prometido guardar el secreto para con todo el mundo, excepción hecha de usted... Porque su tía de usted se pondría furiosa de perderla y Beatriz no la prevendrá hasta el último momento por miedo de que le juegue una mala pasada... Y ahora, amigo mío, si quiere usted tomar mi consejo...

Además, el interés de nuestra raza está ligado a la vida de esa niña. Si tuviésemos la desgracia de perderla, un día u otro volvería a casarse don Diego. San Jaime, al que hemos dedicado dos iglesias, no permitirá que un nombre como el nuestro sea llevado por la señora Chermidy. »No crea usted que espere nada del doctor Le Bris; los sabios no entienden de esas cosas.

»Vea usted en este espejo mi amor siempre presente aunque para invisible, pues a decir verdad no supe hasta qué punto amaba yo a Magdalena sino el día en que usted me separó de ella, en el momento en que comprendí que podía perderla, y cuando usted me conozca, como yo me conozco, entonces juzgará si soy digno aún de su aprecio.

El bosque se estremeció de júbilo, las flores se dieron prisa a exhalar de una vez sus aromas más delicados, los pájaros agitados por tan celeste aparición se deshacían en trinos y gorjeos sin perderla de vista, los árboles inclinaban paternalmente su cabeza venerable en señal de aprobación.

La menor indisposición de su hija echaba ahora afuera, con el terror de perderla, los rencores de su descendencia podrida. Habían acumulado hiel sobrado tiempo para que el vaso no quedara distentido, y al menor contacto el veneno se vertía afuera.

Hemos jugado una partida y acabamos de perderla: tratemos de tomar el desquite. Para esto no nos las entendamos con los lacayos, sino con los dueños. ¡Lacayos! repitió Bobart. Sepa usted señor mío.... ¡Nada! interrumpió Roussel; conozco á usted hace mucho tiempo, señor hipócrita, señor pedante.... He dicho lacayo y hubiera podido decir espía....

Pero no me daba menos ánimos y esfuerzo mi paje Diego, neófito, que de sólo mirarle me sacaba las lágrimas de los ojos y del corazón mil afectos de agradecimiento á las llegas del Redentor, que había infundido en su pecho, poco antes bárbaro, tanto amor para con su Majestad y su Santa ley, porque levantadas al cielo las manos, con un rostro de ángel, estaba ofreciendo á Dios su vida para perderla en su servicio y sus sudores para plantar la santa fe entre los infieles

Palabra del Dia

rigoleto

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