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Actualizado: 4 de octubre de 2025
Puede usted dejar el trabajo mientras el señor esté aquí... Aquí tiene usted los libros que está autorizado para traerle... El marinero abrió la caja y sacó una biblia, un libro de viajes y unos paquetes de tabaco. Creo que querrá usted aceptar estos cigarros, dijo Tragomer al vigilante; no los hay así en la colonia. En cuanto al tabaco, ruego á usted que se lo deje á este pobre muchaobo.
Todavía encontró en los senderos de la vertiente del Pacífico á un arriero boliviano, con poncho rojo y sombrero de piel, que guiaba una fila de llamas, cada una con dos paquetes en los lomos. Venía huyendo de los huracanes de la altiplanicie. No pase dijo el indio . Créame y siga camino conmigo. Allá arriba es imposible que pueda vivir un cristiano.
A la luz de los focos azules, que esparcían sobre el mar una claridad lívida, empezó el transbordo de pasajeros y equipajes con destino á París desde el trasatlántico á los remolcadores. «¡Aprisa! ¡aprisa!» Los marineros empujaban á las señoras de paso tardo, que recontaban sus maletas creyendo haber perdido alguna. Los camareros cargaban con los niños como si fuesen paquetes.
Al día siguiente el acceso, no esperado hasta el crepúsculo, tornó a mediodía, y Podeley fué a la comisaría a pedir quinina. Tan claramente se denunciaba el chucho en el aspecto del mensú, que el dependiente bajó los paquetes sin mirar casi al enfermo, quien volcó tranquilamente sobre su lengua la terrible amargura aquella. Al volver al monte, halló al mayordomo.
Aquí traigo varios regalitos que le manda a usted su señora mamá dijo a mi amo, entregándole unos paquetes . La señora estaba desazonada por no haber tenido noticias de usted, y me encargó que le cuidase bien. ¿Hizo el Sr. Conde las visitas que D.ª María le encargó? Puntualmente contestó mi amo . Y usted, ¿por qué no ha venido antes? ¡Qué demonio!
En otros muelles se alineaban á miles los pares de ruedas grises, sostén de cañones y furgones; las cajas enormes como viviendas que contenían aeroplanos; las piezas de acero que sirven de andamiaje á la artillería gruesa; cajones de fusiles y cartuchos; enormes paquetes de conservas alimenticias y de materias sanitarias; todo el avituallamiento del ejército que peleaba en el extremo remoto del Mediterráneo.
Conoció la magnanimidad de los inmensos dolores; hizo sus dádivas como una madre que, al rezar por su hijo desahuciado, reza por los demás enfermos, creyendo que con esta generosidad serán mejor atendidas sus súplicas. Además, ¡la duda cruel!... Los empleados, al tomar sus paquetes, sonreían tristemente. Era casi seguro que se los apropiarían los guardianes.
Los dependientes que estaban haciendo el recuento y balance, metían en las arcas de hierro los cartuchos de oro y los paquetes de billetes de Banco, sujetos con un elástico. Otro contaba sobre una mesa pesetas gastadas y las cogía después con una pala como si fueran lentejas.
Llegaron á las diez: ni un carruaje, ni un hombre en la estación que quisiera cargar con sus paquetes. Todos están en la guerra. Llevan tres horas buscando su camino. Tenemos en París unos sobrinos continúa la anciana. Pero se interrumpe al ver que Filemón se ha desmayado, precisamente ahora que descansa. Los curiosos del bulevar, que esperan siempre un suceso, se aglomeran en torno del banco.
883 Me ocupaba con esmero en floriar una baraja; el la guardaba en la caja en paquetes, como nueva; y la media arroba lleva quien conoce la ventaja. 884 Comete un error inmenso quien de la suerte presuma; otro mas hábil lo fuma, en un dos por tres lo pela, y lo larga que no vuela, porque le falta una pluma.
Palabra del Dia
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