United States or Cocos Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Arregladas nuestras convenciones, el buen hombre colocó tranquilamente sobre mi escritorio, tres paquetes de piezas de oro.

Una idea tenaz y molesta parecía colgar de su fruncido entrecejo. Sobre los muebles y en los rincones había numerosos paquetes envueltos en papel fino, atados y sellados elegantemente.

Aunque a D.ª Laura nada debía, antes muriera que pedirle dinero, después del atroz desaire recibido de ella. No se atrevía tampoco a acudir a Joaquín Pez. Salió. Mariano se quedó solo. Por no ser excesivo el número de sillas que en el cuarto había, estaba sentado en un baúl bajo. A su lado, en un rincón, vio paquetes de papeles viejos liados fuertemente con bramante.

Yendo a mendigar, tal vez; con las manos llenas de paquetes, chucherías y regalos... ¡quiá! ¿Y tuvieron la poca?...

Melchor, que se había dispuesto a retirarse, al recibir los paquetes y las cartas, se detuvo hasta que Rufino le entregó un pequeño estuche que hizo exclamar a todos: ¡A ver!... ¡A ver!...

Por fin, se adelanta la diligencia, se aplica la escalera a sus costados, y la vaca recibe en su seno los paquetes: en menos de un minuto está dispuesta la carga, y salen los caballos lentamente a colocarse en su puesto. Es de ver la impasibilidad del conductor a las repetidas solicitudes de los viajeros. A ver, esa maleta; que vaya donde se pueda sacar. Que no se moje ese baúl.

A finales de 1998 y a principios de 1999, se inician huelgas en Francia, Italia y Alemania para exigir de los proveedores de servicios internet que reduzcan sus precios y ofrezcan paquetes mensuales. Los usuarios obtienen satisfacción en los siguientes meses.

Sueño con dar un golpe; ganar en dos ó tres días quinientos mil francos ó un millón. ¡Qué alegría la mía cuando llego del Casino con unos miles de francos! «Para enviarle paquetes... para que mi pobrecito comaEscribo á los proveedores ó busco yo misma, acordándome de las cosas que más le gustaban.

Y la dejó en el rincón, con unos paquetes de cartuchos enmohecidos por la humedad y cubiertos de telarañas. Al cerrar la noche borrábanse en lo alto los colores de las vidrieras, y en la obscuridad de las naves comenzaban a brillar, como estrellas macilentas, las luces de las lámparas. Se perdían las proporciones del templo.

Pasaban cobradores del Banco con el taleguillo al hombro; carricoches con botellas de cerveza y gaseosa; carros fúnebres, en el cual era conducido al cementerio alguno a quien nada importaban ya los duros. En las tiendas entraban compradores que salían con paquetes. Mendigos haraposos importunaban a los señores.