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Actualizado: 10 de junio de 2025


Mucha gente había pasado sin contestar al «¿quiere un botecon que el raquero interpelaba á todo el mundo, cuando apareció en escena un señor que, según dijo el pillastre, traía cara de flete. Usté, ¿quiere un bote pa dir á bordo? le dijo, como tenía por costumbre, así que le tuvo á su lado.

He pedío la palabra al auto de que he visto que la vaca mía que fué bien trisná al puerto, vuelve en los puros huesos y con un ojal en salva sea la parte, que mete miedo; y como el hombre no gana su probeza tumbao panza arriba, y yo sudo los güétagos pa ver de conservar la que tengo, quiero que se me satisfaga, como es justo, al respetive de la vaca.

Pero, ¿es que la Xuantipa estaba infiel al pobre Belarmino? Yo lo ignoraba. Ganas, quizás no le faltaban. Lo que digo es que, como Belarmino no sabía curar a su mujer, cuando la tenía, con jarabe de fresno, que no hay melecina mejor pa las mujeronas, pues, la fija, que su mujer le tenía a él siempre atosigao, y pa curarlo, pues, ya sabe usté, le ponía en los lomos cada cataplasma de estaca....

Con aquello de que su papá tenía cinco vapores en el muelle y arreaba cuatro jacos de primera cuando salía a paseo, y en todas partes se presentaba soplando por la trompeta, estaba la chica que cualquiera se acercaba a ella. El papá, que la quería tanto como Dios quiere a su madre, la cumplía todos los gustos, y, claro, la niña decía ¡pa riba! Llegó a tener más humo que echa una locomotora.

¿ crees, Rafaé, que eso es comé? Eso es engañá la jambre; prepará el cuerpo pa que lo coja la muerte. En verano, durante la recolección, les daban un potaje de garbanzos, manjar extraordinario, del que se acordaban todo el año. En los meses restantes, la comida se componía de pan, sólo de pan.

No, siñora.... Dios quiera que no me lo coma un lobo en qué calleja.... ¿Y ónde está tu hermana? Fué á la juenti. Á esa pingonaza la voy yo á andar con las costillas.... No, pues; no me gusta á que á estas horas se me ande á la temperie de Dios, que ese hijo condenao de la Lambiona tiene un aquel ... que malañu pa él nunca ni .

Peguéla una trisca que la dejé por muerta, y á los tres días me vende una sábana por media azumbre de caña; doila ayer veintiún cuartos pa carne, y bébelos tamién... Y á too esto, las criaturas esnudas, yo sin camisa, y sin atreverme, si á mano viene, á echar un vaso de vino un día de fiesta. ¿Por qué no la conjuras, tiña? Pué que sea mal-dao.

Me paece que va pa largo. Salvatierra entró en la cocina del cortijo, dejando, al sentarse, una gran mancha del agua que chorreaban sus ropas. La señá Eduvigis, compadeciendo al «pobre señor», encendió apresuradamente en el hogar un fuego de leña menuda. Que sea buena la candela, mujer; que eso y mucho más se merece el forastero decía Zarandilla, orgulloso de la visita.

Que el Gobernador no quería que se les molestase... ¿Y qué tiene ya que mandar el Gobernador sobre ellos?... Un hombre, cuando le van a dar mulé, hace lo que le da la gana, menos escaparse... Además, que no se les molesta... al contrario... lo que les hace falta es un poco de distraición y beber unas copas con tranquilidad... ¿Han de estar todo el día rodeaos de paño negro?... Con media hora pa confesarse y otra media pa decir el «yo pecador», y recibir, y arrepentirse, queda un hombre al sol.

Razón tenía yo pa maliciarme que iba usted a meternos en un lío gordo. Cuenta, cuenta. ¿Qué ha pasado? Dímelo todo; ya sabes que tu señorito soy yo. ¿Lo que ha pasado? La mar de lágrimas. Cuando el otro día golví a casa con la tarjeta de usted, me dije: «Suceda lo que quiera, no ando con tapujos»; y se la di como si fuera cosa corriente.

Palabra del Dia

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