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Todo aquello de los vapores y los jacos y los bailes lo llevó el aire: se quedaron con el día y la noche: los pretendientes desaparecieron, los años aumentaron, y naturalmente, la niña, en vez de decir ¡pa riba!, dice ahora ¡pa bajo!... Conque si usted quiere picar, ya sabe... Gracias.

Después venían los hornos para hacer el cok, que extraían del carbón, el alquitrán y el amoníaco. Luego pasaron por el desembarcadero de la hulla. Un vapor de la casa estaba atracado á la riba, tan hondo por el descenso de la marea, que sólo se le veían la chimenea y los mástiles. En aquélla destacábanse pintadas de rojo las enormes iniciales entrelazadas de Sánchez Morueta.

Ofrecían igual aspecto que los carromatos de los ordinarios de los pueblos, cargados de los más diversos objetos. En uno de los buques, la tripulación se agrupaba á proa en torno del hornillo donde hervía el caldero del rancho. Los barcos estaban tan hundidos á causa de la marea baja, que el doctor, desde la riba, veía el fondo de sus escotillas.

En la ría, junto á las grúas que funcionaban incesantemente, dormían los vapores, con el casco invisible tras la riba, mostrando por encima de ella las chimeneas y los mástiles. Subían de sus entrañas los grandes tanques de hierro cargados de hulla inglesa y, deslizándose por los rails aéreos, iban á volcar el negro mineral en las enormes montañas de las fábricas.

Con aquello de que su papá tenía cinco vapores en el muelle y arreaba cuatro jacos de primera cuando salía a paseo, y en todas partes se presentaba soplando por la trompeta, estaba la chica que cualquiera se acercaba a ella. El papá, que la quería tanto como Dios quiere a su madre, la cumplía todos los gustos, y, claro, la niña decía ¡pa riba! Llegó a tener más humo que echa una locomotora.

Abrir la puerta, que esta mentira no cabe en la habitación. ¡Así Dios me salve y me la gloria como es verdad! clamó el hocico de ratón, poniendo el semblante más compungido del mundo . ¡Era, con perdón, la descarada de la liebre, que brincó por riba de y me tiró patas arriba! La aclaración produjo verdadero delirio.