Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de octubre de 2025
Arriba, sobre los tejados, cubriendo la plaza como un toldo de apelillado raso que transparentaba infinitos puntos de luz, el cielo del verano con su misteriosa y opaca transparencia. En los obscuros balcones distinguíanse, entre los tiestos de flores y el botijo puesto al fresco, confusas siluetas ligeras de ropa.
Las luces brillaban intensamente; la atmósfera cargada, casi opaca, iba tomando junto a las llamas cambiantes opalinos.
Al ver a la Tribuna, se echó a reír con opaca risa. Hola, chica... salú y fraternidá. ¿Cómo está tu madre? ¿Y la revolusión, cuándo la hasemos? ¿Cuándo me preclamas a mí reina de España? Y como Amparo procurase escabullirse, la vieja subió el tono de sus carcajadas, semejantes al chirrido de una polea, y que hacían retemblar su vientre de ídolo chino.
Hacía quince años que no había venido a Madrid; está aturdido. Dice que Petrel es mejor que esto. Creo que tiene mucha razón. Yo pienso continuamente en Petrel. Y de lo que más me acuerdo, ¿sabes de lo que es? »No te lo digo. Adiós, hasta mañana. ...En el balcón luce, imperceptible, opaca, tenue, una ancha faja de la claror del alba. Y en la puerta, de pronto, oigo un persistente tarantaneo.
Después de inaugurado el terror en Mendoza de un modo tan solemne, Facundo se retira al Retamo, adonde los Aldaos llevan la contribución de 100.000 pesos que han arrancado a los unitarios aterrados. Allí está la mesa de juego que acompaña siempre a Quiroga; allí acuden los aficionados del partido; allí, en fin, es el trasnochar a la claridad opaca de las antorchas.
Otro quiso que la tía pescueza nos enseñase algo que debe ocultarse, y entre los dos se trabó una lucha y rodaron por el suelo. El conde permanecía grave, silencioso, apurando, una tras otra, las copas de jerez. Pero su mirada ya no era la misma, opaca y distraída, del hombre hastiado. Brillaban ahora sus pupilas con un fuego feroz y maligno que imponía temor.
Era un muchacho de rostro largo y amarillo, seco de carnes y anguloso, mirada fija y opaca, cabeza erguida y ademanes reposados, de hombre ya maduro. No era tan aplicado ni tenía las felices disposiciones de su hermano para las ciencias y las artes; mas en cambio poseía una elegancia y una distinción de modales, que tenía completamente subyugado a D. Bernardo.
Seguidamente, uno y otro, se dirigieron al estrado. Ya un crecido número de visitas rodeaba a don Íñigo. Don Pedro de Valderrábano, hidalgo viejo y socarrón, se paseaba solo, observando maquinalmente los muebles y mirando las figuras de los tapices. Otros señores hablaban, en pie, junto a las vidrieras, por donde entraba una luz opaca y mortecina.
La masa negra que forma el frontispicio de la iglesia, destacándose bajo un cielo siempre cubierto de nubes; la opaca lamparilla que perezosamente chisporrotea en el hueco del muro, alumbrando, ó mejor dicho, queriendo alumbrar, la imagen de San Luís, patrón del pueblo, y más que todo el monótono y pertinaz llover, forman un cuadro altamente medroso.
Más de una vez, al levantar aquélla la cabeza, se había encontrado con esta mirada opaca y desconsolada: había bajado prontamente la suya, acometida de súbito malestar. En el alma de la enferma había nacido un deseo, un capricho más bien, vivo y abrasador como los que sienten los moribundos. Quería que su hijastra le refrescase con alguna palabra dulce la horrible quemadura que su duda le causaba.
Palabra del Dia
Otros Mirando