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Pero en cambio manifestó a Juanito Velarde que aquello no podía quedar así, que nadie se burlaba impunemente del Gobierno y que estaba decidido a reclamar de Currita la aceptación del nombramiento, apoyándose en una carta que ¡frase poco ministerial!... había de refregarle por los hocicos... ¿Una carta? exclamó Currita realmente sorprendida . ¿Pero de quién?...

Pues bien, una mañana, muy bella por cierto, subí los escalones de granito de que he hablado, llevando en el bolsillo mi nombramiento de Inspector de Aduana, firmado por el Presidente de los Estados Unidos, y fuí presentado al cuerpo de caballeros que tenían que ayudarme á sobrellevar la grave responsabilidad que sobre mis hombros arrojaba mi empleo.

Levantamiento del destierro del conde de Lemos dictó el duque; reposición en su oficio de ayo del príncipe de Asturias á don Baltasar de Zúñiga; reposición en su oficio de caballerizo mayor al conde de Olivares; nombramiento de confesor de su majestad la reina al reverendo padre fray Luis de Aliaga, y por último, reposición en su oficio de ayuda de cámara de su alteza el príncipe don Felipe, al duque de Uceda.

Aldea me ha dado este papel, y se ha marchado, diciéndome que le había ofendido. Y mientras los circunstantes se miraban unos a otros, el duque, poseído de una sorpresa inconcebible, sin darse exacta cuenta de lo sucedido, atento sólo a su propio regocijo, leía y releía el nombramiento por cima de las hermosísimas cabezas de su esposa y su hija.

Para ello, anunció con dos días de anticipación a la familia, que el viernes debía dormir en Sarrió, a causa de una sesión del ayuntamiento, que presumía había de ser borrascosa. De nada menos se trataba que del nombramiento de uno de los dos médicos del partido, que la corporación municipal pagaba. Los de Maza tenían su candidato y los de don Rosendo también.

Pedro Valdivieso refería que el mismo don Felipe acababa de traer a su hijo, en nombre de Su Majestad, el nombramiento de Regidor. Cuatro lacayos entraron en la sala con ocho candelabros encendidos y un momento después llegaba el dueño de casa con algunos señores. Doncellas y galanes se levantaron.

Don Pedro, que ignora la causa de este nombramiento, cree que Don Fadrique desea tan sólo alejarse del Rey, y resuelve también vengarse acusándolo de haber dado muerte á su hermano, impulsado por los celos. Doña Ana, vestida de luto, se presenta al Rey y le pide justicia contra el fautor de su deshonra.

Tal fue la sorpresa del duque a consecuencia de lo ocurrido, que sólo después de algunas horas, y tras larga conversación con su mujer, llegó a convencerse de dos cosas: era senador vitalicio por nombramiento real, y, sin saberlo, había ofendido gravemente al hombre que le encumbraba. Ambos esposos se preocuparon seriamente.

Hizo Borrén, la recomendación a su prima, que se la hizo al contador, que se la hizo al jefe, y Amparo fue admitida en la Fábrica de cigarros. El día en que recogió el nombramiento hubo en casa del barquillero la fiesta acostumbrada en casos semejantes, fiesta no inferior a la que celebrarían si se casase la muchacha.

Los jueces de Teruel fueron nombrados por elección popular, hasta que Don Fernando el Católico, bajo pretesto de que aquellos funcionarios no tenían fuerza para dominar los bandos y discordias que había en la ciudad, y entre esta y las aldeas, decidió que en lo sucesivo fueran de nombramiento real.