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Actualizado: 29 de septiembre de 2024


La llanta de esta rueda era de carne animada: millones y millones de criaturas soldadas, amasadas, gesticulantes, con las extremidades libres, moviéndolas para convencerse de su soltura y su libertad, mientras sus cuerpos estaban pegados unos a otros. Los rayos de la rueda atraían la atención de Febrer por sus diversas formas.

Basta leer la obra inmortal del insigne metafísico para convencerse de que su sistema no era el de esa intuicion primitiva, purísima, que es un acto despegado de todo empirismo, y que parece salir de las regiones de la individualidad, de esa intuicion del hecho simple, orígen de todas las ideas y de todos los hechos, y en que, uno de los dogmas de nuestra religion; la vision beatífica, parece realizado sobre la tierra, en la region de la filosofía.

No era que le mortificase lo más mínimo en su amor propio: estaba resuelto a padecer por Dios con alegría toda clase de martirios, cuanto más una injuria. Lo que temía era tener que renunciar a una empresa tan noble y gloriosa. Poco a poco llegó a convencerse de que el mismo Dios se la encomendaba especialmente, que ésta era la tarea principal que le había impuesto al enviarlo a Peñascosa.

Julio se impacientó con las molestias de este amor errante, sin otro resultado que algunos besos furtivos. Pero callaba al fin, dominado por las palabras suplicantes de Margarita. No quería ser suya como una de tantas: necesitaba convencerse de que este amor iba á durar siempre.

Leeds, le dijo en tono familiar: Eh, mister, puesto que no hay más que nosotros y no somos indios que se dejan pescar, ¿permite usted que les haga ver la trampa? Ya sabemos que es cuestion de óptica pura, pero como el P. Camorra no quiere convencerse...

Creyó, sin duda, con egoísta ilusión, que un hombre que había ido de América á Europa para hacer la guerra era incapaz de trasladarse igualmente de Nueva York á California detrás de su amada; pero pronto pudo convencerse de su error.

«Muy bien, señor Ojeda... Has hecho infeliz por unos días a una pobre mujer que no ha cometido otro delito que el de amarte un poco. Por un capricho de tu deseo, la has hecho convencerse una vez más de su miseria física, que ella tenía olvidada... Y de todo esto has sacado un remordimiento y la vergüenza de tener que mentir, de tener que ocultarte.

Todo lo que había pasado era un sueño, pero, a su parecer, ni el grito ni los labios tibios y húmedos que sintió posarse en su frente eran imaginarios: no podía convencerse de eso. ¿Qué era aquello? ¿Qué había pasado? Estuvo algunos instantes contemplando a Martita mientras coordinaba torpemente las ideas. Al fin, se decidió a dirigirle la palabra.

Los demás miraban a todas partes, y no pudiendo convencerse de la desaparición de Hans, de Joson, de Daniel, cambiaban entre preguntas seguidas de largos silencios.

Pronto se marchará usted. Desnoyers no tardó en convencerse de que había algo de cierto en tales murmuraciones. Madariaga era de un carácter insufrible; pero tocado de cierta simpatía por el francés, procuraba no molestarlo con su irritabilidad. Es una perla ese gabacho decía, como excusando sus muestras de consideración . Yo lo quiero porque es muy serio.... Así me gustan á los hombres.

Palabra del Dia

jediael

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