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Actualizado: 12 de julio de 2025


La meditación era mi delicia y meditando era feliz... ¡Ay! Lord Gray en todas partes; lord Gray en los altares de la iglesia, en el de mi casa; lord Gray en el breve espacio de calle y de mundo que se nos permitía ver desde nuestro cuarto; lord Gray en mis rezos, en mi libro de oraciones, en la oscuridad, en la luz, en el bullicio y en el silencio. Las campanas tocando a misa me hablaban de él.

Cuando por casualidad se les encuentra de pie, no hacen otra cosa que pasear tranquilamente por la celda sin desplegar ninguna especie de ferocidad, como un poeta lírico que estuviese meditando algún soneto enrevesado para la Ilustración Española y Americana: cuando abren la boca y estiran las garras, nunca es en son de amenaza, sino para desperezarse groseramente; y si tal vez que otra les da la humorada de rugir, lo hacen con tanta delicadeza, que más que de devorarlos, parece que tratan de enterarse de la salud de los espectadores.

Los poetas que gozaban de una posición desahogada, muy particularmente, pasaron gran parte del día mirando caer los copos al través de los cristales de su gabinete, y meditando lindos e ingeniosos símiles de esos que hacen gritar al público en el teatro «¡bravo, bravo!» u obligan a exclamar cuando se leen en un tomo de versos: «¡qué talento tiene este joven

En cambio concedíase importancia decisiva a las prácticas religiosas, a todos los ejercicios de piedad. Se pasaba el día orando, meditando. El alumno más apreciado no era el que mejor dijese y entendiese las lecciones, sino el que supiera pasar más horas de rodillas, o ayunase con más rigor, el más silencioso y taciturno.

La vanidad de Platón cayó de golpe cuando más se remontaba, y no encontrando aplicación adecuada a su personalidad, se estrelló en la conciencia de su estolidez. «Yo... para tirar de un carromato pensó . Después dejó caer la varonil y gallarda cabeza sobre el pecho y estuvo meditando un rato sobre el por qué de su perra suerte.

El hombre descontento si está sentado, meditando en su hogar, piensa con envidia en el padre cuya vuelta es acogida con voces infantiles, y si está sentado a su mesa, alrededor de la cual las pequeñas cabezas se elevan las unas por encima de las otras como plantas de almácigos, ve una negra preocupación cernerse tras de cada una de ellas y piensa que las impulsiones que impelen a los hombres a abandonar su libertad y a buscar cadenas, no son seguramente otra cosa más que un acceso de locura.

Aquella tarde, cuando juntos bajaban hacia la ciudad, el más animado, el más exaltado era Mefistófeles: Fausto callaba, meditando en lo comprometidos y engorrosos que son ciertos enredos en poblaciones de provincia, donde uno tiene madre y hermanas. Mefistófeles, ¡pobre diablo!, no se cansaba, entre tanto, de ponderar los primores del grumete.

¡21 de octubre!... ¡aniversario del nacimiento de mi hijo primero!... me encuentro sola y deseo consagrar este día a las reflexiones que me alientan y fortifican contra la muerte. ¡Cuántas vueltas y revueltas tengo dadas durante mi vida, en estos mis paseos, meditando, con el rosario en la mano unas veces, y otras, plegadas ambas manos, cuando nadie de la casa podía verme, rogando o meditando arrodillada en la hierba! ¡Ay, Dios mío! ¡lo que hubiera pasado por , durante mis tribulaciones exteriores e interiores, sin la caritativa bondad de Dios y si su imagen divina no se me hubiese presentado en mis pensamientos y no me los hubiese sugerido más santos y más consoladores que los míos, no es posible adivinarlo!

Y al teatro se iba y vagaba como una sombra espectral del escenario a las butacas y desde aquí a las galerías meditando el efecto que harían tales versos oídos desde lo alto y desde lo bajo, cómo resultarían los apóstrofes y los apartes. Pero hay que decir que aquellos malditos cómicos le llenaban de indignación y excitaban su bilis de un modo alarmante. No tomaban en serio el ensayo de la obra.

Mientras permanecíamos sentados meditando, advertí que estábamos justamente en el punto por donde es más seguro ver pasar, a esa hora, a las figuras políticas más prominentes del día, ya para sus diferentes oficinas, o ya en camino al parlamento, donde iba a abrirse la sesión.

Palabra del Dia

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