United States or Christmas Island ? Vote for the TOP Country of the Week !


Los vapores se amontonan al rededor de los hielos, las nubes se forman en copos blanquecinos y sulfureos, semejantes a la espuma que salta por encima de los abismos infernales, en donde cada ola burmugeante va a romperse en la costa en donde estan reunidos los condenados como las piedras en la de la mar. Un vertigo se apodera de mi.

El Inocente descansaba tranquilamente, con una apacible sonrisa en su rostro cubierto de pecas, y la virgen Flora dormía entre sus frágiles hermanas, como si le custodiaran guardianes angelicales. Don Jorge, echándose la manta sobre los hombros, se atusó el bigote y esperó la luz del mediodía, que vino poco a poco envuelta en neblina y en un torbellino de copos de nieve que cegaba y confundía.

Cuando concluyó la oración del alba, la reunión se disolvió, nos despedimos del digno alcalde y de los futuros esposos, quienes se quedaron con él a concluir la velada, así como otros muchos vecinos; y nos fuimos a descansar, andando apresuradamente, porque a esa hora, como era regular en aquellas alturas, durante el invierno, la nieve comenzaba a caer con fuerza, y sus copos doblegaban ya las ramas de los árboles, cubrían los techos pajizos de las cabañas y alfombraban el suelo por todas partes.

Y me condujo a la puerta de la solana, desde cuyos cuarterones vimos pasar, llevados por el airecillo glacial que soplaba afuera, algunos copos, idénticos a los que yo había visto al empezar la otra novela. Sin embargo, el cielo no estaba tan «encenizado» ni sombrío como entonces. Así se lo advertí al médico, y él me replicó: Pero todo se andará, y pronto, no lo dude usted.

En los márgenes, los grupos de hierba se destacan en negro á pesar de los copos blancos de que están cargados, si no están situados muy cerca del agua, donde la humedad ha producido el desprendimiento de pequeñas avalanchas de nieve.

Y así, reclinadas, prestando la más joven y pura su pecho como apoyo a su pecadora hermana, quedaron dormidas. El viento, como si temiera despertarlas, cesó. Muchos copos de nieve, arrancados a las largas ramas de los pinos, volaron como pájaros de blancas alas y se posaron sobre aquel grupo sublime.

A la caída de la tarde del diez y nueve, las densas nubes que perezosamente descansaban sobre los lejanos picachos de Mindoro oscilaron en el firmamento, rodando á los pocos momentos compactas por la celeste bóveda, al empuje del tan deseado SE. Nuestro horizonte poco á poco fué cubriéndose de los blancos copos desprendidos de la región de las puras brumas, destacándose entre aquellos algún siniestro nubarrón, arrancado por el viento del seno donde se engendra el rayo.

¡Ah! , muy dichosos los que todavía no han roto los velos de la encantación, y sueñan de noche, y también de día, en que son las nubes copos de algodón. ¡Dichosas las manos de los pequeñuelos que aun aroma el óleo de la tradición, y dejan zapatos como barquichuelos en espera de algo, sobre algún balcón...!

Entrando en más explicaciones, supe que Pepazos, en cuanto vio caer los primeros copos de nieve, salió en busca de unas yeguas de su casa, que antes del mediodía andaban pastando en una hoyada a menos de una hora del pueblo, monte arriba. Las había visto él mismo. Tienen las yeguas libres la extraña condición de huir de las nevadas hacia las cumbres, al revés que todos los animales domésticos.

Después de arreglarse volvió a mirar la plaza, entretenida en ver cómo se deshacía el mágico encanto de la nieve; cómo se abrían surcos en la blancura de los techos; cómo se sacudían los pinos su desusada vestimenta; cómo, en fin, en el cuerpo del Rey y en el del caballo, se desleían los copos y chorreaba la humedad por el bronce abajo.