Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 6 de mayo de 2025
Sus siete u ocho mamás se encargaban de preguntar al maestro por su conducta y aplicación siempre que le tropezaban en la calle, animándole «a que le apretase los tornillos.» El maestro se encargaba, en efecto, de apretárselos recordándole al mismo tiempo a cada momento, en presencia de sus condiscípulos, su orfandad, su miseria y la imprescindible necesidad que tenía de mostrarse humilde y agradecido con sus bienhechoras.
El bastonero para satisfacción de las mamás, que se le dormían a los pasteles y al mate, agrupadas alrededor de los guitarreros circulaba entre las parejas, diciendo cuchufletas y haciendo con su frase sacramental ¡que se vea luz, caballeros! que las aproximaciones no fueran más allá de lo lícito y honesto.
Las mamás, que hasta entonces se habían saludado con ceremonia, recordaban enternecidas a las amigas comunes que vivían en París y creían vagamente haberse visto en un té del Hotel Ritz o en una recepción-tango en los Campos Elíseos. Una matrona imponente detenía a Conchita con súbita amabilidad. ¿Y usted no se disfraza, hija mía?...
Las niñas tenían preparados sus trajes de «manola», y un sinnúmero de veces se habían ensayado ante el espejo para aprender a colocarse con naturalidad y buen gusto la blanca mantilla de blonda. En cuanto a las dos mamas, pensaban lucir obscuros trajes de seda, con costosas mantillas negras, regaladas a las dos por el señor Cuadros. Llegó el día de la primera corrida.
En el punto de honor, era un caballero antiguo, abierto, desprendido, pródigo hasta el exceso con las mujeres; calavera sin escrúpulos en materias parvas; burlón de los avaros y de los necios, lengua libre y corazón de oro en medio de los terribles defectos mundanos que le atribuían ciertas mamás consternadas por su mala fama.
Pues yo he oído que los alfonsinos se mueven mucho: Y la que esto decía miraba de reojo a un caballero que, sentado en una butaca de hierro, seguía con la vista al grupo de las damas. Dos pollitas apartadas de sus mamás sostenían, haciendo dengues y mohínes, un diálogo muy vivo. ¿No entráis? No: el padre Enrique dice la misa muy despacio. Además, quiero dar tiempo a que llegue ese.
Sin embargo, veíanse algunos con dominó, que les servía para acercarse y hablar a sus novias, sin peligro de ser interrumpidos por las mamás. Un grupo de jóvenes afiliados al Camarote, que venían de este modo, habían tenido la feliz ocurrencia de disfrazar a don Jaime Marín de maragato.
Los coches tenían que contener la carrera de los caballos, el ¡tabì! ¡tabì! de los cocheros resonaba á cada momento; se cruzaban empleados, militares, frailes, estudiantes, chinos, jovencitas con sus mamás ó tías, saludándose, guiñándose, interpelándose más ó menos alegremente.
Dejando a las mamás que hablasen entre ellas, tomamos rápidamente la delantera en cuanto estuvimos fuera de la población. Y bien, Magdalena exclamó de repente Francisca, ¿sigues defendiendo a las aiglemontesas? Como las ataques mucho, puede ser. ¡Ah! veo que cedes, caballeresca Magdalena exclamó Francisca triunfante. El otro día te alzabas en los espolones como un gallo inglés.
Azotado, arrollado por el Océano, el pequeñuelo mama como al vuelo, cuando la madre puede tenderse de lado, deber que practica admirablemente, pues sabe que si aquél tuviese que hacer el más pequeño esfuerzo para amamantarse, dejaría las mamas. En ese acto en que la mujer se mantiene pasiva, dejando obrar á la criatura, la ballena, por el contrario, es activa.
Palabra del Dia
Otros Mirando