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Pero ¡qué tres cuadros! ¡Qué tres cantos tan grandes añadidos al inmenso poema del hombre! ¡Qué tres palmas más bellas coronando la frente ensangrentada del ilustre mártir!

Yo las coronaba en mi mente con diademas y mitras orientales, y las envolvía en mantos de púrpura y de oro, y las rodeaba de pompa regia, como a Ester y a Vasti: yo les prestaba la sencillez bucólica de la edad patriarcal como a Rebeca y a la Sulamita; yo les daba la dulce humildad y la devoción de Ruth; yo las oía discurrir como Aspasia o Hipatia, maestras de elocuencia; yo las encumbraba en estrados riquísimos y ponía en ellas reflejos gloriosos de clara sangre y de ilustre prosapia, como si fuesen las matronas patricias más orgullosas y nobles de la antigua Roma; yo las veía ligeras, coquetas, alegres, llenas de aristocrática desenvoltura, como las damas del tiempo de Luis XV en Versalles; y yo las adornaba, ya con púdicas estolas, que infundían veneración y respeto, ya con túnicas y peplos sutiles, por entre cuyos pliegues airosos se dibujaba toda la perfección plástica de las gallardas formas; ya con la coa transparente de las bellas cortesanas de Atenas y Corinto, para que reluciese, bajo la nebulosa velatura, lo blanco y sonrosado del bien torneado cuerpo.

La señora de Osorio, hastiada de la vida elegante, habiendo agotado todas las emociones que ofrece a una dama ilustre por su hermosura y su riqueza, se iba placiendo extremadamente en aquel saludo inocente que casi todos los días cambiaba con el joven del mirador.

Los Ingleses, muy al contrario de sus rivales de Francia, han tenido el buen juicio de comprender que las fortalezas no deben estar al lado de las fábricas, las academias y los monumentos de la civilizacion, porque hay un poder que defiende mejor que todos los cañones el santuario de una ciudad ilustre y los tesoros del arte, de la industria y del comercio; ese poder es el de los intereses sociales apoyados en la libertad.

Así es que nada se sabía nunca á ciencia cierta en el lugar de las andanzas y aventuras del ilustre marino. Quien más supo de ello en su tiempo fué el cura Fernández, que, según queda dicho, trató á don Fadrique y tuvo alguna amistad con él.

Largas han sido mis peregrinaciones, aventuras curiosas me han asaltado, y con ellas os entretendré las horas de camino o los ocios de viaje, éstos por mar o aquéllas por tierra, si es que merezco por mi atrición y contrición timore et tremore, volver a tomar asiento en su servicio y asistir cercano a su ilustre persona.

La capital de la Saboya tiene muy pocos encantos para el viajero: solo hay dos calles buenas: al fin de la principal, se levanta un monumento consagrado á un hombre verdaderamente grande y modesto: es una fuente de mármol, coronada por una estatua de bronce, busto del ilustre ciudadano de Chambery que legó parte de sus inmensos bienes á los pobres; que levantó y fundó con bienes raices propios la casa de expósitos, que detras de su estatua se levanta, que creó y dotó una escuela de educacion gratuita para los pobres, y que hizo enfin otras muchas obras de relevante caridad, que granjeándole el amor de los que le conocieron, le ha asegurado la veneracion de los que viven y el respeto de los que vendrán.

Más que su retrato, ella, ella misma.... Emma abría la boca sin comprender; Marta, adivinando, ya sentía envidia; ello iba a ser que Emma se parecía a alguna mujer ilustre.... Pero la Gorgheggi no acababa de explicarse... y añadió: ¡Ah! ¡Mochi y Minghetti!... Venid... venid.... A ver, decidme a quién se parece esta señora... ¿Quién es... quién es... precisamente lo mismo que ella?...

Los compañeros del ilustre maestro se mordían los labios de envidia, y cuando en los azares de la existencia encontraban a alguien venido de la Argentina, aunque fuese un necio, lo adulaban y lo acosaban, dando a entender que ellos también irían allá... a la más ligera invitación.

¡Cómo! exclamó la Roubinet con indignación. ¿No conoce usted a la señorita de Marchef, que compuso un libro titulado «Las mujeres, su pasado, su presente y su porvenir...»? ¿Ni a la señorita Bertin, que hizo un volumen coronado por la Academia Francesa y hasta compuso dos óperas?... Hay además Miss Frances Brown, poetisa; Miss Martineau, la ilustre filósofa de opiniones un poco atrevidas... Miss Cummins, Miss Sedwick, Miss Wetherell, Miss Lothropp, Miss Johnson, americanas cuyas obras habrá usted leído; Miss Pardoc y Miss Kavanagh, novelistas inglesas; las señoritas Poulet y Luisa Stappaerts, poetisas belgas; la señorita Gatti de Gamond, prosista de mérito; las señoritas Fleuriot, Marechal y Monniot, cuyas obras han hecho la dicha de las generaciones nuevas, y no cuántas más...