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Actualizado: 24 de junio de 2025
En su romanticismo de princesa nerviosa deseaba imitar a las heroínas de la Vendée, y montando un pequeño caballo, el revólver al cinto y la boina blanca sobre la trenza flotante, se puso a la cabeza de aquellas tribus armadas que resucitaban en el centro de la Península la vida y las luchas de los tiempos casi prehistóricos.
Y porque vienen con Lamartine de un país de azahares y de lunas de miel, queda en sus personajes una bondad contagiosa, en su estilo una recóndita y efusiva dulzura que se infiltra en el alma como una bruma de noviembre. Es la encantadora y juvenil locura de un chiquillo que se enamora hasta enfermar... de un cuadro, del lienzo en donde vive una de las más suaves heroínas de Shakespeare.
Como quiera que ello sea, no nos atrevemos a creer que Goethe, aunque no por medios tan sanguinarios, se complaciese en causar dolores, en excitar sentimientos tiernos y fervorosos y en pagarlos mal luego, en atormentar a algunas mujeres sencillas y enamoradas, y en otras lindezas del mismo orden, a fin de estudiar bien en la naturaleza los infortunios, las angustias, la desesperación y hasta la muerte por corazón destrozado, que luego había de describir en sus más simpáticas heroínas.
Tenían las formas más pronunciadas que las hembras vizcaínas, con algo de voluptuoso y mórbido que hacía recordar el título de «Andalucía vasca», que muchos daban á Guipúzcoa; pero en su mirada había una expresión varonil y enérgica que hacía pensar en las fanáticas heroínas de la Vendée.
Dejémosle cavilando y discurriendo el medio más atinado de lograrlo, y adelantémonos nosotros, penetrando invisibles en casa de nuestras heroínas y conociéndolas antes que el Conde.
Y sin embargo, la pobre hilandera, al llegar cerca de allí, deteníase indecisa, temblorosa, como las heroínas de los cuentos ante la cueva del ogro, dispuesta á meterse á campo traviesa para dar vuelta por detrás del edificio, á hundirse en la acequia que bordeaba el camino y deslizarse agazapada por entre los ribazos; á cualquier cosa, menos á pasar frente á la rojiza boca que despedía el estrépito de la borrachera y la brutalidad.
Parte no menos activa tomó en la guerra fratricida que llenó de luto a las familias de España: no queremos recordar hechos que para bien de unos y otros quisiéramos ver borrados del universal libro de la Historia; consignemos solo que en los dos bandos diéronse pruebas de valor y hubo verdaderos héroes; como también hubo distinguidas heroínas en la provincia de Teruel; tal fue en Montalban Manuela Cirugeda, de veintidos años, hija de la misma villa, que sirvió en el sitio de esta como el nacional mas denodado, corriendo los puestos de mayor peligro, hasta del cansancio y las fatigas, se le originó una enfermedad, de que sanó en la sala de distinguidos del hospital de Zaragoza; tal fue, por último, la heroína de Monreal del Campo, Francisca Latorre, de cuarenta y un años, que mereció y obtuvo la Cruz de San Fernando por su heroico comportamiento.
Ella quería saberlo todo, no de aquella tranquila vida interior y regalada, al calor de la estufa, leyendo libros buenos, después de curiosear discretamente por entre las novedades francesas, y estudiar con empeño tanta riqueza artística como París encierra; sino la vida teatral y nerviosa, la vida de museo que en París generalmente se vive, siempre en pie, siempre cansado, siempre adolorido; la vida de las heroínas de teatro, de las gentes que se enseñan, damas que enloquecen, de los nababs que deslumbran con el pródigo empleo de su fortuna.
Parecían, por las conversaciones que solían tener acerca de las heroínas desdichadas, que ellas mismas hubiesen querido de alguna manera acompañarlas en la peregrinación de sus desventuras ideales.
Y delante de la gran fuente, donde van por el agua los hombres y mujeres que los poetas de antes dicen que hubo en la mar, las nereidas y los tritones, llevando en hombros, como si fueran en triunfo, la barca donde, en figuras de héroes y heroínas, el progreso, la ciencia, y el arte dan vivas a la república, sentada más alta que todos, que levanta la antorcha encendida sobre sus alas.
Palabra del Dia
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