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Actualizado: 28 de junio de 2025
La idea del Demonio oculto en el cuerpo de aquella fascinadora cruzábale por la mente, y sentíase orgulloso de haber luchado con semejante enemigo, cual Jacob en las tinieblas; y ahora, a su vez, tomaba aquellas blancas manos de Dalila, aquellas manos de traición y de engaño, y, demandando la palabra reveladora, estrujaba unos con otros los dedos, sobre las duras sortijas; mientras ella, con los ojos bañados en lágrimas, miraba hacia lo alto, sin exhalar un gemido.
En este momento está más tranquilo, pero la postración es completa y espantosa. Elena reza y llora en silencio. Acabo de separarme de ella para escribirte. No tengo esperanza de que se salve nuestro amigo. La misma noche, a la una. Nuevo ataque, más terrible y más corto. Respira con trabajo y cada aliento parece un gemido.
Desesperado, abatido, cae despues en una profunda melancolía: no puede ya con sus recuerdos, no puede ya con su dolor: vedle exhalando su último suspiro. Ha muerto, y no suena en todo el palacio ni un gemido; no hay quien derrame una lágrima siquiera. Todo es silencio en torno del cadáver: apenas hay quien se atreva á mirarle, y hasta sus mismos hijos se cubren el rostro por no verle.
Sus ojos, pálidos y sin expresión, nos miraban obstinadamente a través de los mechones de cabello y detallaban de pies a cabeza el traje de Luciana, indiferentes, al parecer, al gemido casi continuo de la moribunda. En el silencio de la choza, llegaba hasta nosotros la voz de Elena: ¿Vienen alguna vez a visitarla a usted las hermanas de la Celle? Cuando tienen tiempo... muy de tarde en tarde...
O por haberse comprometido en conjuraciones y pronunciamientos, o sin necesidad y sólo para contraer méritos y darse tono, gemía en la emigración. Verdad es que no era muy lastimero el gemido, porque cuando los suyos estuvieron en el poder, le habían enviado a Cuba de vista de una Aduana o no sé bien con qué otro empleo en Hacienda.
¿Mi mano para Raúl? exclamó Antonia. Sí, para Raúl de Mengis, que sabías que ella no amaba, con la vaga esperanza tal vez, de que en el momento de que propusiera este casamiento, había de confesar que te amaba. Amaury cubriose el rostro con las manos, y lanzó un gemido. Me parece que he hecho perfectamente la autopsia de tu corazón, y el análisis de tus sentimientos.
Si fuiste al Señor contraria, de los pecados el fruto son tu cosecha ordinaria, ha sido el mismo tributo por quien te ves tributaria. No solo viste perder la honra que te adornó; mas tus hijos perecer, que el Señor los entregó al mas tirano poder. Cómo se puede alentar tu pueblo entre su gemido, llegando á considerar lo que seguir ha querido, lo que ha querido dejar.
¡Te callarás! pueden haber hablado, y tu necia lengua que va tan de prisa como el gato de un cabrestante, me ha impedido oír nada dijo el capitán con una volubilidad colérica, repitiendo por tercera vez : ¡Ah de la tartana!... responded o hago fuego. Esta vez se distinguió un gemido prolongado que no tenía nada de humano, y que hizo estremecer al capitán Massareo.
Como esto no podía ser, se exasperaba, se ponía loca como una fiera hambrienta. ¡Calla! La niña no podía; dejaba escapar un gemido. ¡Calla! repetía, acompañando la orden de algunos golpes. Josefina trataba de callar, hacía esfuerzos desesperados por conseguirlo; pero la respiración ansiosa se escapaba a su pesar, produciendo un gemido. Más golpes. ¡Calla o te mato!
Corriole un frío cortante por todo el cuerpo; quedose parada, el oído atento a un rumor que al parecer venía del suelo, de entre las mismas piedras de la calle. Era un gemido, una voz de la naturaleza animal pidiendo auxilio y defensa contra el abandono y la muerte.
Palabra del Dia
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