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Actualizado: 28 de junio de 2025
Se vivía medio a obscuras, se hablaba bajo y se andaba de puntillas. El rechinar de una puerta parecía un gemido mal disimulado; cada mueble un ataúd; cada lienzo un sudario. »Me había aislado de todas mis amistades: sólo se abrían mis puertas al desconsolado Ángel, al médico y a Guzmán..., que continuaba padeciendo el martirio de no poder contemplar a Luz sino de lejos y escondido de ella.
Este último gemido del niño es, sin embargo, el único suplicio que martiriza a Santos Pérez. Después, huyendo de las partidas que lo persiguen, oculto entre las breñas de las rocas o en los bosques enmarañados, el viento le trae al oído el gemido lastimero del niño.
Vibrante y limpia nota seré para tu oído; Aroma, luz, colores, rumor, canto, gemido, constante repitiendo la esencia de mi fe. ¡Mi patria idolatrada, dolor de mis dolores, querida Filipinas, oye el postrer adiós! Ahí te lo dejo todo: mis padres, mis amores; voy a do no hay esclavos, verdugos ni opresores; donde la fe no mata, ¡donde el que reina es Dios!
Flaco, los ojos hundidos, ¡y una mirada tan triste! Aun me dan escalofrios de pensar en aquel tiempo. ¡Oh! ¡Cuánto sufrí, Dios mio! Luégo, aquel llanto tan débil que parecia un gemido... Si volviera á estar así... Si se muriera... ¿Qué he dicho! ¡Hijo de mi corazon! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . No te enfades, hijo mio.
Adivina lo que puede ser; indecisa, no acierta a qué parte correr primero: en esto oye un profundo gemido, y cree ¡oh dolor! ser el acento de su amante.
Sólo la voz de Juan vibraba en el silencio de la noche saludando a la Madre de los Desamparados. Y su canto, más que himno de salutación, parecía un grito de congoja algunas veces; otras, un gemido triste y resignado que helaba el corazón más que el frío de la nieve.
El general, lleno de ira, dio un paso hacia ella y se oyó al mismo tiempo un gemido sordo: era que Enrique, sintiéndose peor de su herida, se desmayaba, y hubiera caído sobre el pavimento si no lo hubiese yo sostenido en mis brazos. La cólera del general, cambiando súbitamente de dirección, descargó sobre su sobrino.
Pero tanta mansedumbre No se vio ansi facilmente En animal tan valiente, Aunque su fiera costumbre Muestra á las veces clemente. Mas quién sabe si movido El cielo de mi gemido, Este leon me ha inviado Para ser por él tornado Al camino que he perdido? Sin duda es divina cosa, Y asegurame este intento, Que en mí espiritu siento Con fuerza marabillosa, Y nuevo y crecido aliento.
Las ruedas dan vueltas con movimiento uniforme, lo mismo si aplastan á un obrero que si tuercen un hilo apenas visible. De lejos, cuando nos paseamos por las colinas, oímos el terrible gemido de la máquina que hace vibrar á su alrededor la atmósfera y la tierra.
¿Sabes cuál es el amor, profundo, arrebatador, por el que ese olvidarás; pensamiento roedor que no se olvida jamás? El último; amor nacido con el doliente gemido de la juventud cercana que se aleja, y que mañana por siempre se habrá perdido. Ciega y ardiente ambicion que nada apaga en el mundo, que arranca del corazon la suprema convulsion postrera del moribundo.
Palabra del Dia
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