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Actualizado: 3 de mayo de 2025
Su casa era una de las que forman el costado occidental de la Plaza Mayor, y como el basamento de ellas está mucho más bajo que el suelo de la Plaza, tienen una altura imponente y una estribación formidable, a modo de fortaleza. El piso en que el tal vivía era cuarto por la Plaza y por la Cava séptimo.
En la Villa del Río Quinto encuentra al valiente Pringles, aquel soldado de la guerra de la Independencia que, cercado por los españoles en un desfiladero, se lanza al mar en su caballo, y entre el ruido de las olas que se estrellan contra la ribera, hace resonar el formidable grito: ¡Viva la patria!
Sin embargo, no debía quedar tranquilo después de esta salida amenazadora y muy pronto pudo darse cuenta de que Clementina, fuera de su casa, era todavía más formidable. La señorita Guichard empezó una guerra sorda contra aquel á quien odiaba con todas las fuerzas de su amor engañado.
La voz se arrastraba lenta, gangosa por aquella formidable boca antes de salir, de tal modo que al llegar a los oídos de sus interlocutores parecía venir cargada de saliva. Y así era en efecto. Buenas noches, Timoteo, buenas noches. Todos respondieron amicalmente al saludo, menos Presentación.
Será usted mi socio; le daré el cincuenta por ciento de las ganancias.... ¿No quiere?... Sea el setenta y cinco. Al ver que yo seguía avanzando escalinata arriba sin escucharle, se llevó un silbato á la boca. Su cara fué la de Sansón agarrándose a las columnas del templo. ¡Antes morir, que ver quebrada su casa! Sonó un estallido formidable, como si se rasgase el mundo.
Más desconfiado, Tomás Rider observó que aquella gente de Red-Dog podía cambiarlo y endosarles otro, incredulidad respecto a la honradez de los vecinos campamentos que prevalecía en Campo Rodrigo tocante a todos los asuntos. La proposición de tomar una nodriza encontró también en la asamblea una oposición formidable.
Nuestra emoción era verdadera, profunda, unánime, y, por lo tanto, silenciosa..... Únicamente oíamos, ó creíamos oir, sobre nuestra cabeza, una gran voz, la voz de Fray Luis, que repetía con dulce y formidable acento, como al salir de la prisión: «Decíamos ayer.....» No intentaré en manera alguna contar la historia ni hacer la descripción de la Universidad salmantina.
Mientras el rey Bermudo, resuelto á no ver repetida en mengua propia la pérdida que afrenta la memoria de Rodrigo, vence el desaliento, olvida sus achaques, triunfa de vanos terrores, hace el noble sacrificio de sus enojos y resentimientos, y procura reducir los inquietos ánimos del castellano y del navarro á una poderosa liga contra el formidable enemigo de la cristiandad, Almanzor pone en Córdoba el complemento á su gloria terminando las obras de la mezquita.
El conocimiento que cada cual tenía del otro los hizo prudentes, rehuyendo un choque formidable que había de ser funesto. Pero vino al fin. Se dijo entre los murmuradores que Osorio, cansado de la indiferencia y los desdenes de su esposa, en una hora fatal de ira y desesperación la había ultrajado con su misma doncella y en el mismo tálamo nupcial.
Comenzaron entonces las lamentaciones y las extrañezas, los comentarios y los sobresaltos, y la murmuración no fue ya el ruido de una ola al reventar en la playa, sino que cundió y se hizo formidable, y resultaron todos los imponentes estrépitos del mar batiendo las costas... Mas a pesar de que todo el mundo vio claro el viento que había desatado aquella tormenta y los polvos de que salían aquellos lodos, tan sólo dos de las muchas madres honradas que acudían a los saraos de Currita dejaron de llevar allí a sus hijas; tan sólo uno de los muchos maridos con decoro que a ellos concurrían retrajo a su mujer de aquella casa funesta a que se hacía necesario acudir, porque... porque... se pasaban allí ratos deliciosos, era la dama quien fijaba en sus salones las leyes del buen tono, y el ser admitido en su casa era un brevet de elegancia y de notoriedad.
Palabra del Dia
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