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Actualizado: 3 de mayo de 2025
El Ejército alemán, con un material formidable y una dirección de primer orden, tardó cuatro años en arrasar Reims a satisfacción del Káiser; y siendo Reims una de las ciudades más ricas de Francia, invirtió en la destrucción tanto como lo que ella valía. Claro que nosotros no somos tan exigentes como el ex Káiser.
En ese instante se oyó un estampido formidable, como si la boca de un cañón del «Belgrano» o del «San Martín» hubiera entrado en el coche y vomitado un cañonazo: ¡¡¡Booooletooos!!! Cuando el jefe del tren llevó los que Melchor humildemente le entregó, el convoy llegaba a su estación terminal.
Y de los confines remotos llega y retumba en todo el valle el formidable y sordo rumor de un tren que pasa... La casa se levanta en lo hondo del collado, sobre una ancha explanada. Tiene la casa cuatro cuerpos en pintorescos altibajos. El primero es un solo piso terrero; el segundo, de tres; el tercero, de dos; el cuarto, de otros dos. El primero lo compone el horno.
¡Al pelo, hijo! ¿Cómo quieres que me vaya con un hombre tan retrechero? Al mismo tiempo se colgó de su cuello y le dió un largo y sonoro beso en la mejilla. Los párpados del duque temblaron de placer; mas por sus ojos pasó al mismo tiempo un reflejo de inquietud. Siempre que la Amparo se le colgaba del cuello era para darle un sablazo formidable, una entrada a saco en el bolsillo.
A veces llevaba en sus sones el matiz duro de la constancia; a veces, en sus trémolos la vacilación y la duda. Ora se presentaba profunda en las octavas graves, como el sentimiento perseguido que se refugia en la conciencia; ora formidable y guerrera en las altas octavas dobles, proclamándose vencedora y rebelde.
Era no menos que montero de Espinosa del rey. A pesar de la ruda franqueza de su semblante, de formas pronunciadas y de grandes ojos negros, se comprendía en aquellos ojos que era astuto, perspicaz, y sobre todo arrojado y valiente, sin dejarse de notar por eso en ellos ciertas chispas de prudencia; vestía una especie de coleto verde galoneado de oro; en vez de daga llevaba á la cintura un largo puñal, al costado una formidable espada de gavilanes, calzas de grana, zapatos de gamuza, y sobre todo esto, una especie de loba ó sobretodo, ancho, con honores de capa.
Y después de este formidable anatema, Villamar y sus habitantes continuaron pasándolo tan bien como antes. Pero la admirable sangre fría, el valor heroico de que ha dado muestras aquella excelente autoridad, intimidaron a los audaces, y todo ha entrado en el orden, sin que hayamos tenido que deplorar ningún grave accidente. Vivan sin inquietud los buenos patriotas.
Los que tienen motivos sobrados para estar quejosos, apenados y tristes no somos, ciertamente, los que tenemos la conciencia libre de terrores fantásticos y a nuestro alcance la ciencia, que es el poder de hacer milagros efectivos, sistema Edison, Röntgen, Marconi, etc., etc., sino los fabricantes de terrores y milagros imaginarios, los sacrificadores de la verdad humana a la verdad divina, los ayer omnipotentes fulminadores de las iras y de las venganzas del Todopoderoso, hoy expulsados como leprosos mentales de la nación más adelantada de la Europa, y sin poder defenderse, porque aquella arma formidable con que gobernaron al mundo hasta el siglo XVIII la excomunión está reducida por el progreso de la razón humana al modesto rol de carabina de Ambrosio.
¿He dicho acaso que iré a ver a Martín? pregunta Juan entre dientes. Y su pecho se levanta como para librarse del peso formidable que lo oprime. ¿Qué? ¿acaso vas a introducirte furtivamente en la casa de tu padre como un ladrón, sin dejarte ver de nadie? ¡No! Iré a despedirme... pero no de Martín.
Oh sí, estuve loca seguía Anita espantada todavía estuve loca una hora... ¿qué hora? un siglo.... Ya no pedía más que salud, reposo... la conciencia clara de mí misma.... Pero, ¡ay, no! Dios, mi Dios querido... yo... todo, todos desaparecíamos. ¡Todo era polvo allá dentro! Y los ojos de Ana fijos en el espanto, veían sobre la alfombra una imagen confusa del recuerdo formidable.... De Pas callaba.
Palabra del Dia
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