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Actualizado: 3 de mayo de 2025
Que olvide el desgraciado obrero por un sólo instante poner en armonía su propio trabajo con el de la formidable máquina, que bajo la impresión de una idea, de un sentimiento, se detenga en sus movimientos rítmicos, y tal vez el poderoso mecanismo lo descuartice lanzándolo contra la pared, convertido en masa sangrienta.
Sin embargo, los de Entralgo eran menos numerosos, y ante la avalancha formidable de sus enemigos no tardaron en ceder terreno. Entonces Nolo de la Braña se salió un instante del sitio de la lucha y lanzó un silbido penetrante.
La Francia, siendo inmensamente más grande que la Gran Bretaña por la ley de la naturaleza, no debe entrar en lucha con el pueblo inglés: tiene una desventaja capitalísima; es menos lógica, como ya he dicho, y la lógica es un poder inmenso; sino inmenso, es un formidable poder: La Francia lo tiene; pero la Inglaterra lo tiene mayor. Francia tiene uno; el del país, el poder social.
Pero el que allí predominaba, por su desfachatez y su audacia, era Quilito; como su padre estaba empleado en un Ministerio, y debía conocer al dedillo los secretos políticos, hacíase él sabedor de noticias gravísimas, que iban a influir de manera formidable sobre la plaza; ¡ya verían a dónde llegaba el oro!
¡Calle el ventero! exclamó furioso ya el noble inglés. Ó mejor, id á decir á ese tan formidable caballero que aquí está y aquí se queda el barón León de Morel, porque así le place y sin que él ni nadie sea osado á impedírselo. ¡Id!
Llegados a la plaza de Antón Martín pisamos terreno revolucionario: veíase una muchedumbre de paisanos trabajando con afán en levantar una formidable barricada; patrullas y grupos de hombres armados entraban y salían en la plaza por sus bocacalles; las casas estaban fortificadas.
El combate formidable que había necesitado sostener no era contra la sensualidad, sino contra su espíritu analítico lleno de curiosidad, enamorado de la ciencia.
En cuanto se abrochó el alzacuello, el Magistral volvió a ser la imagen de la mansedumbre cristiana, fuerte, pero espiritual, humilde: seguía siendo esbelto, pero no formidable. Se parecía un poco a su querida torre de la catedral, también robusta, también proporcionada, esbelta y bizarra, mística; pero de piedra.
Imagináos qué haría Facundo en un terreno intransitable contra seiscientos infantes, una batería formidable de artillería y mil caballos por delante. ¿No es éste el convite del oso a la garza?
Su situacion está en una hermosa laguna, que tiene su principio del volcan de Osorno, y á quien igualmente dá agua otro volcan, que llaman de Guancqué; pues aunque este está distante del otro, por el pié de la Cordillera se desata en un rio pequeño que camina hácia el sur, y se incorpora en esta laguna, con cuyo socorro se hace formidable.
Palabra del Dia
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