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Actualizado: 29 de junio de 2025
11 Pobre, fatigada con tempestad, sin consuelo, he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo; y sobre zafiros te fundaré. 12 Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y todo tu término de piedras de gran precio. 13 Y todos tus hijos [serán] enseñados del SE
Pero, hija mía, es imposible que después del sacudimiento nervioso que has tenido, después del viaje tan molesto en carruaje, no te sientas fatigada. ¿No sería mejor que fueses a la cama? Hizo nuevas protestas de que no estaba fatigada, de que no tenía sueño.
Tornaba al palacio siempre fatigada y se apresuraba á lavarse las manos manchadas de tierra. Después se desayunaba en compañía de sus hijos, con los cuales permanecía encerrada en sus habitaciones toda la mañana, alternando los juegos con el trabajo. Eran las horas más deliciosas de su existencia.
Hizo luego mil proyectos, todos grandiosos y humanitarios, como socorrer pobres, vestir desnudos y consolar afligidos y menesterosos; y desde esta región de la beneficencia se precipitó a escape hacia los ensueños del lujo, en un carro triunfal tirado por atrevidos pensamientos, corriendo por entre nubes de supuestas delicias, hasta que fue a caer sin aliento, fatigada y moribunda en el abismo de rosas de un sueño dulce.
Nunca Leonor parecía fatigada de acompañar a su madre en aquellas entrevistas: sino que, aunque ya para entonces tenía sus diez años, se sentaba en la falda de su madre, apretada en su regazo o abrazada a su cuello, o se echaba a sus pies, reclinando en sus rodillas la cabeza, con cuyos cabellos finos jugaba la viuda, distraída.
Todas las imágenes graciosas de sus saltos, de sus rizadas ondas y sus bordados de espuma, nos reponen bien pronto de los fastidios del oficio ó de las laxitudes del trabajo, reanimando nuestro espíritu, hasta cuando la mirada, fatigada, vaga errante sobre las aguas sin fijarse en ningún objeto determinado.
En medio de esas crisis de risas estrepitosas caía por intervalos en una gran laxitud, semejante a una bacante fatigada. A los postres declaró que tomaría el café en el comedor. Esta animación dijo perdería su encanto, si cada uno se iba por su lado. Quedaríanse, pues, todos reunidos y permitiría fumar a los hombres. Tal declaración fue aplaudida por todos los convidados.
Y dos horas más tarde estaban sentados ambos en el gabinete, uno frente a otro, ella en el mismo pergenio en que antes se presentara, y algo fatigada... «¡Debo tener una facha...! dijo levantándose para mirarse al espejo que sobre el sofá estaba . ¡María Santísima! ¿Ve usted las pestañas cómo las tengo, llenas de polvo?». No estarían así sino fueran tan negras y tan grandes y hermosas...
Cerca del altar, sentadas en rojos sillones, estaban las señoras de la familia, y detrás los parientes y los empleados. El ara estaba adornada con hierbas del monte y flores del invernadero del hotel de los Dupont. El acre perfume de los ramos silvestres, mezclábase con el olor de carne fatigada y sudorosa que exhalaba el amontonamiento de los jornaleros.
El arroyo, en vez de desatarse sereno y cristalino como abajo, se despeñaba en espumosos tumbos asordando á los viajeros, los cuales se detenían con frecuencia á tomar aliento. Con el pecho anhelante y las mejillas pálidas, quedábanse uno frente á otro sonriendo. ¿Estás fatigada? Algo. ¿Quieres que te lleve en brazos un poquito?
Palabra del Dia
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