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Actualizado: 15 de junio de 2025


Y en efecto, apenas llegados los novios y sus acompañantes al campo de la iglesia estalló la lucha terrible, sangrienta, como jamás se viera ni pensara verse en aquel pacífico valle. La muchedumbre se arremolinaba, las mujeres exhalaban lamentos desgarradores, se oían tiros, imprecaciones, blasfemias horrendas.

En esos momentos, en efecto, estalló con gran violencia la tormenta, y no dio más tiempo que para poner a cubierto el caballo y el coche. Se ha dicho que la soledad nos hace tímidos, mas en ciertos casos produce el efecto contrario.

Un solo rayo de sol penetraba en la estancia tras una madera entreabierta. ¡Qué alarido el que estalló en la obscuridad cuando el niño alzó en el haz luminoso la sanguinolenta cabeza que goteaba sobre el tapiz! Una de las dueñas se derrumbó de espaldas, presa de brusco soponcio. La mujer que acompañaba a Ramiro contó con alegría la proeza del mancebo.

Las señoras caminaban con paso marcial, sin parecer intimidadas por la actitud hostil del gentío, como damas altivas que no temen al mal gesto de su servidumbre, mirando con desprecio á toda aquella balumba de pobretones que se sustentaban de lo que sus poderosas familias querían darles. Estalló un trueno de gritos, insultos é imprecaciones.

¿Cómo? ¿Qué?... ¡Ah, señor, señor Domingo! dijo dejando caer su escopeta. , soy yo, yo mismo, mi viejo Andrés. Me arrojé en brazos de mi viejo servidor. Al fin de tanta compresión mi corazón, por mismo, estalló v se dilató libremente en sollozos. Domingo había terminado su relato.

¡Es mi opinión, Greenwood, que Blair nos ha tratado ruinmente! estalló mi amigo, eligiendo un nuevo cigarro, y mordiéndole la punta con enojo. Recuerda que me ha dejado su secreto. Puede ser que lo haya destruido después de haber hecho el testamento apuntó Reginaldo. No; o debe estar escondido, o ha sido robado, eso es lo que no ha podido aclararse.

¡Oh! ¡maldito sea Greenwood! estalló el sujeto. Dicen que siempre está en Londres contigo; pídele a él, entonces, que te haga dar por los abogados un poco de dinero. Puedes manifestarle que estás apurada, pues tienes que pagar unas cuentas, o alguna otra cosa por el estilo. Cualquier mentira será buena para él. Imposible, Herberto contestó, tratando de mantenerse serena.

De pronto se vio envuelto en una luz roja y estalló sobre su cabeza un cañonazo, como si la costa acabase de partirse a impulsos de inmenso cataclismo. Ha caído cerca dijo Febrer refiriéndose a la exhalación. Su pensamiento, ocupado por el recuerdo de los Febrer, fue hacia su ascendiente el comendador don Príamo.

Montiño no pudo resistir más; su cabeza se partía, su pecho se abrasaba, y antes de que pudiese separarse de allí, su locura estalló, y gritó con un acento espantoso: ¡Perdón! ¡perdón! ¡yo pasaré todos los días de mi vida en la penitencia! ¡pero! ¡suéltame! ¡suéltame! ¡no me arrastres contigo! ¡yo pasaré mi vida orando y haciendo que la Iglesia ore por ti!

No le entiendo á usted dijo el mozo, trocando su sonrisa en expresión de sorpresa. Pues la cosa es bien sencilla añadió el mayorazgo: ¿no hay aquí agua?; ¿no hay azúcara?; ¿no hay rioja?... ¿Pues qué taberna de los demonios es ésta? Algo como carcajada estalló entre los concurrentes del café; y en seguida comenzaron los epigramas y los apóstrofes más cáusticos.

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