United States or Ireland ? Vote for the TOP Country of the Week !


Tía Pepa, siempre tan parladora, enmudeció como los pajarillos del corredor, silenciosos y tristes a la sazón por el cambio de pluma; la enferma nos parecía más abatida que de ordinario, y Angelina salía y entraba, arreglando los equipajes, mustia y cabizbaja. No cómo pude trabajar durante ese tiempo. Para colmo de males tuvimos quehacer de sobra en el despacho.

Pero no olvidéis que la muerte se nos presenta sin llamar, como alguacil de casa y corte, cuando resuelve llevarnos. ¡Ea, sus! valeroso cachorro. Exigiole las señas de la casa misteriosa y de algunos conspiradores. Recordó el mancebo su compromiso y, sin ánimo para escoger las palabras, cerró los ojos y enmudeció. El lectoral se desesperaba.

Enmudeció repentinamente ante Zoraida que vino a sentarse junto a ellas. No sirves para disimular, Camucha. En la cara te adivino que le hablabas de dijo acariciándola. ¡Indiscreta! Le habrás contado mi manía de ser monja. Carmen, muy colorada, no atinó a defenderse. Pero no se lo creas todo, Adriana. Camucha es demasiado novelera. Aquello fue más bien fantasía de chica.

Respondió que , á que añadió: ¿Y estos tres pecados? y nombróselos. Enmudeció el pobre, porque decía era verdad, que no había hecho caso de ellos en la confesión, por ignorancia suya. Entonces le dijo el ángel: Estos afean mucho tu alma, y la impiden el venir á gozar cara á cara de la vista de Dios.

Charito hablaba con su madre y Lucía Moreno sobre una rifa de caridad, proyectada y organizada por ella para contribuir a las obras de un pabellón en el asilo taller de Nueva Pompeya. Adriana y Julio alcanzaban a oír, con intermitencias, la animada charla. De pronto Charito enmudeció.

Doña Luz enmudeció: no acertó a decir palabra alguna; pero en su rostro, donde no cabía el disimulo y donde se reflejaban todos sus sentimientos, se pintaban el júbilo, la emoción afectuosa y la agradable sorpresa.

Jadeante, se volvió a la tía, desafiándola con la mirada iracunda, pero la consternación de la señora debía ser tan grande, pues enmudeció de estupor, que Quilito sintióse conmovido y su cólera se apagó, como si hubieran derramado agua encima. Perdóneme usted, tiíta Silda, soy un miserable, no lo que me digo.

Cuando don Quijote vio lo que era, enmudeció y pasmóse de arriba abajo. Miróle Sancho, y vio que tenía la cabeza inclinada sobre el pecho, con muestras de estar corrido.

Mirad las hojas secas corriendo por el suelo. Entre gemidos, por el valle las arrastra el viento. La golondrina roza sus alas por el quieto pantano. El niño de la cabaña, va cogiendo leña entre los brezos. Ya no susurran las olas, que su encanto dieron al bosque. Enmudeció el pajarillo entre las ramas secas. ¡Junto a la aurora, el ocaso! El sol, que apenas despunta, brilla pálido un momento al concluir su carrera. El carnero por las zarzas va dejando su hermoso vellón de lana que servirá de nido al jilguero. La flauta pastoril ha enmudecido; desapareció su eco; cesó también el encanto de amor y de ventura. La hoz cruel ya despojó la tierra de aquel verdor que le prestara vida... Así acaban los años, así van feneciendo los días de nuestra vida.

Poco después de amanecer se dirigió al loquero y le dijo: «Hoy no estoy para nadie, absolutamente para nadie». Después cayó en un marasmo profundo. Enmudeció. El chorro de la fuente preguntaba por él y ninguno de los asilados allí presentes sabía darle razón. Lleváronle a la enfermería. El médico mandó que le dieran una ducha, y fue llevado en brazos a la inquisición de agua.