Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 14 de junio de 2025


Todas ellas continuaron las aplicaciones de sinapismos en las pantorrillas, en la nuca, en la planta de los pies, en los muslos y en los brazos; le desprendieron la ropa y la colocaron en su cama. Al bajar con don Benito la escalera para ir a buscar médico, nos chocamos con el pardo Alejandro en la misma puerta de la calle.

Las luces del pueblo parecieron vibrar y moverse rápidamente por algunos momentos. El riachuelo hirvió a su lado en borbotones tumultuosos; algunas piedras se desprendieron de la cuesta y cayeron ruidosamente en el agua; un fuerte viento pareció sacudir las ramas de los fúnebres pinos, y luego el silencio se restableció más de lleno, más profundo y más lúgubre.

Vió un montículo de tierra en el mismo lugar del fusilamiento. Dos pies y una mano asomaban á ras del suelo. Al aproximarse se desprendieron unos bultos negros de esta fosa poco profunda que dejaba al descubierto los cadáveres. Un tropel de alas duras batió el espacio, alejándose con graznidos de cólera. Volvió sobre sus pasos.

Los movimientos reprimidos, voluptuosos del tango ofrecían ahora un carácter lúgubre; parecía el baile de la viuda india en torno de la hoguera donde va á ser sepultada. Los tertulios se callaban; estaban inquietos y tristes y sacudían la cabeza deplorando la escena. Al cabo dos lágrimas se desprendieron de los hermosos ojos de la bailadora y resbalaron lentamente por sus mejillas.

Luego, cuando a los pocos pasos se desprendieron todos para desalojar el ácido úrico de su cuerpo frente a las tapias de las Agustinas, el mismo don Segis manifestó en voz alta que aquella noche no tenía deseos de irse a la cama, y les acompañaría. Mas el teniente le dijo al oído que deseaba hablar con él en secreto, y ambos se quedaron delante del convento.

Una legua mas abajo tenemos un gran pueblo, república Eporense para los romanos, para nosotros Montoro; villa cercada por el Guadalquivir, fundada sobre tres cerros de peña viva y otros tantos valles, toda de casas de piedra, con un puente soberbio costeado por sus vecinos antes del año 1500, para cuya obra, cuentan ellos con entusiasmo, se desprendieron las señoras de sus alhajas de oro, plata y piedras preciosas.

Obedecí maquinalmente, y al acercarme rocé con suavidad su rodilla, que se adivinaba a través de la veste y sentí su contacto tibio y carnal. Más cerca, abaníqueme usted... así... ¡oh, ahora se respira!... y suspiró con toda el alma, y, al suspirar, las curvas de su seno se desprendieron un instante del tul que las cubría y volvieron a dibujar su sobrio pero voluptuoso busto.

Dos gruesas lágrimas se desprendieron de los ojos del anciano sacerdote, rodaron lentamente sobre sus mejillas, y vinieron a perderse en las arrugas de su rostro. Sin embargo, el cura explicó a Juan que, aunque poseedor de la herencia de su padre, no tenía aún el derecho de disponer de ella a su antojo. Habría un consejo de familia, y le darían un tutor. Vos, sin duda, mi padrino.

Pero, en el mismo instante, resbalé y caí en un hoyo obscuro, tan profundo como para sepultar a un hombre, arrastrando conmigo algunas piedras que se desprendieron y rodaron. ¡Por el amor de Dios, no te muevas! De lo contrario caerás todavía más abajo. Medio aturdida, me apoyé en las paredes del foso.

Dos mechones se desprendieron de los demás, vibrando en el aire cual doble serpiente. Anchos galones de plata recamaban la falda color zafiro, mientras la tela del jubón desaparecía bajo cuentas y canutillos, cota de abalorio cabrilleando sin cesar como el agua intranquila. La doncella levantó el rostro con los ojos entrecerrados, quedándose inmóvil un instante.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando