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Debía ser uno de aquellos chicuelos escapados de sus casas que se agregaban á las partidas carlistas, formando una fuerza llamada «requeté», á la que Saldaña había amenazado más de una vez con el fusilamiento en masa, no queriendo tolerar sus habituales tropelías.

La causa liberal á principios de 1817. Regreso de Morillo. Aspiracion de Mariño, simulacro de un Congreso y sus actos. Conducta de Bolívar. Arrepentimiento de Brion y sus buenos efectos. Mas defecciones. Fusilamiento de Piar. Creacion de un Consejo de Estado. Reparticion de bienes nacionales. Planes militares de Bolívar. Nuevo peligro de muerte. Sublevacion de Paez. Manifesto del Libertador.

El respeto supersticioso al orden que le inculcaron al moldearle de joven en la estrechez de la disciplina tomaba en su alma una dureza salvaje. Para él, la sociedad sólo podía marchar con los presidios llenos, un fusilamiento en cada esquina y la Guardia civil descargando sus armas sobre todo grupo que se atreviese a lanzar un viva, a tremolar una bandera.

Por algunas palabras oídas a los carceleros, pudo ir siguiendo las fluctuaciones de su suerte. Tan pronto se veía conducido con todos sus compañeros de infortunio a los presidios de África, como le auguraban la inmediata libertad o le profetizaban el fusilamiento en masa. Cuando salió, después de dos años, del tétrico castillo, fue para embarcarse con todos sus compañeros de emigración forzosa.

Con ése no se juega decía entusiasmado ; ése tiene la mano dura... Pega fuerte... Y pedía el fusilamiento inmediato a un lado y otro del Océano de todos los que escriben en los papeles, oficio que sólo sirve para que los obreros pidan menos horas de trabajo y aumento de jornal.

El encargado de leer la sentencia hinchó su voz con una energía ficticia... «¡A muerte!...» Freya era condenada al fusilamiento, después de una larga enumeración de crímenes: informes dados al enemigo, que representaban la pérdida de miles de hombres; buques torpedeados á consecuencia de sus avisos, en los que habían perecido familias indefensas.

A Ferrer no se le ha fusilado porque no era un pedagogo ni un sabio. Por lo menos, las obras de la colección Sempere se las había leído, y esto le ponía en un nivel de cultura muy superior al de los hombres que dispusieron su fusilamiento. Si se fusiló a Ferrer fue, al contrario, porque se le consideraba un sabio y un pedagogo, una especie de Giordano Bruno de la rambla de Canaletas.

Desde el fusilamiento de los sesenta compañeros de Manzanares y los veinticuatro de Alicante, el 8 de Mayo, hasta el de los sargentos del 22 de Junio, no ha pasado año sin alguna brutalidad semejante: exceptuando a los Zurbanos, y la muerte de Mariana de Pineda, para quien fue preciso hacer un garrote nuevo, porque tenía el cuello muy delgadito...

Pues bien: al pronto que me vió, echóme los brazos al cuello, demostrando gran interés por mi persona, y no sólo me pidió nuevas acerca de mi salud, sino que me rogó le contase algunos pormenores de mi fusilamiento y para él milagrosa resurrección.

Cuando no acogía las palabras del Nacional con un silencio hostil y miradas de odio, intentaba zaherirle, mostrándose partidario del inmediato fusilamiento de todos los que propalan paparruchas entre el pueblo y son un peligro para las gentes de bien. El Nacional tenía diez años más que su maestro.