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Actualizado: 27 de junio de 2025
Eran soldados que llevaban libros en la mochila y después del fusilamiento de un lote de campesinos ó del saqueo de una aldea se dedicaban á leer poetas y filósofos al resplandor de los incendios. Hinchados de ciencia, con la hinchazón del sapo, orgullosos de su intelectualidad pedantesca y suficiente, habían heredado la dialéctica pesada y tortuosa de los antiguos teólogos.
En 1896, al estallar el movimiento emancipador, Rizal fué desterrado a España; pero, sin consentirle desembarcar en Barcelona, el mismo buque le reintegró a la capital del Archipiélago. Gobernaba las islas el general Polavieja. Bajo tales auspicios se formó a Rizal un consejo de Guerra que decretó su fusilamiento, realizándose éste en la mañana del 30 de Diciembre de 1896.
Y los del gobierno prometían á su colega en el foro un aviso oportuno para que asistiese al cumplimiento de la sentencia. Eran las tres de la madrugada y estaba en lo mejor de su sueño, cuando le despertaron unos enviados de la Prefectura de Policía. El fusilamiento iba á realizarse al amanecer: era una decisión tomada á última hora, para que los periodistas se enterasen tarde del suceso.
Yo sí: habrá alguna exageración, pero la paliza debe de haber sido buena. Otra vez me tocará a mí alegrarme. Has podido regocijarte hace poco con el fusilamiento de los carabineros. ¡Hasta chicos de diez y seis años! Cosas de la guerra. No. Salvajadas del fanatismo. A eso dan lugar los enemigos de la fe, los que escarnecen la religión. ¡Ya salió a plaza la religión de nuestros mayores!
Asombra el número de curas que, hechos fieras, recorren los campos: los hay agregados a cuerpos o divisiones bien organizadas, y otros que, sin reconocer jefatura, van por donde quieren, cometiendo fechorías. Ahora dicen que anda por estos contornos una partida con un cabecilla al frente, también cura, que acaso sea el autor del fusilamiento presenciado por Pateta. Si le pillamos, se divierte.
Esta lectura dejó á Ulises en dolorosa estupefacción. ¡Ya no vivía Freya!... ¡Ya no corría el peligro de verla aparecer en su buque al tocar en cualquier puerto!... La dualidad de sus sentimientos volvió á surgir con violenta contradicción. «Muy bien pensó el marino . ¡Cuántos hombres han muerto por su culpa!... Era inevitable su fusilamiento. Hay que limpiar el mar de bandidos.»
El honor militar tal como había venido entendiéndose á través de los siglos lo desconocían también sus generales. Estos especialistas del incendio de poblaciones, estos técnicos del fusilamiento de campesinos, estos artífices del terror, al ver próximo el desastre, se marchaban tranquilamente á sus castillos, como oficinistas que abandonan el trabajo.
Cuando intentó presentarse á los generales invasores para formular una elocuente protesta contra los atropellos cometidos por sus tropas, sólo pudo ver á un oficial, que le contestó sarcásticamente, acabando por amenazarle con el fusilamiento. Nadie hacía caso de su nombre; aquellos guerreros vestidos de gris verdoso parecían oirlo por primera vez.
Por fin, desbaratando aqui y alli cuantos obstáculos se oponian á su paso, el 7 de Agosto Simon Bolívar hacia su entrada triunfal en Carácas, victoreado por un pueblo entusiasta y numeroso que le saludaba con el glorioso nombre de Libertador de su pais. Situacion del partido independiente, Consecuencias de la toma de Cumaná y del fusilamiento de Bernardo Bermudez. Sitio de Puerto-Cabello.
Del piquete de fusilamiento se destacó un cabo con un revólver en la diestra. «El golpe de gracia.» Sus pies se detuvieron al borde del charco de sangre que se iba formando en torno de la ejecutada. Frunciendo los labios, entornando los ojos, se inclinó sobre ella, al mismo tiempo que con el extremo del cañón levantaba los rizos caídos sobre una de sus orejas.
Palabra del Dia
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