Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de junio de 2025
Una carcajada del príncipe despertó con sobresalto al coronel, que, como buen madrugador, se había adormecido en su asiento. Luego, al notar que Su Alteza no se fijaba en él, se deslizó fuera del hall, como si le atrajese algo más importante que aquella conversación de los dos amigos, que parecían ignorar su presencia.
Tomaron apresuradamente chocolate, y después de haber besado a Dª Josefa con efusión, la presunta monja salvó la puerta y se deslizó rápidamente por la calle abajo. Diez minutos después salió el P. Gil. La noche estaba oscura y húmeda. Había llovido bastante. La calle, llena de charcos; la carretera, de lodo.
Las dos puertas del balcón se abrieron sin ruido. El aire de la noche entró en la casa sin despertar a la bella dormida. El duque echó una pierna por encima de los hierros y se deslizó en la habitación. La alegría y el miedo le hacían temblar como un árbol sacudido por el viento. Vacilante, iba adelantando sin atreverse a apoyarse en los muebles.
Las palabras de «madre falsa, ladrona de herencias» llegaron a sus oídos y la hicieron estremecer. Sus enemigos estaban hablando del secreto cuyo conocimiento ella perseguía al precio de las más sangrientas humillaciones y los más crueles sufrimientos. Impresionada hasta el punto de que casi le faltaban las fuerzas, apoyó la mano en la pared y se deslizó hasta la puerta.
Y ella, fascinada por aquella mirada ardiente, murmuraba cerrando los ojos: ¡Gracias!... ¡gracias!... ¡Carlos mío! Después, uniendo sus manos, se deslizó dulcemente a los pies de Carlos, y apoyó la cabeza sobre sus rodillas; su pálido semblante estaba como velado por sus largos cabellos negros; solamente a través de ellos brillaban sus ojos, lo mismo que una estrella en medio de un cielo sombrío.
Bajo las cocas argentinas de la solterona se deslizó una débil sonrisa. Tranquilícese usted, señor conde, al menos en cuanto a la última dijo con sencillez. He amado mucho, apasionadamente, puedo confesarlo a mi edad... Pero el hombre a quien he amado no es usted.
Callose luego y ya no llegó a mis oídos nada más que el ruido de las plumas corriendo sobre el papel. Un poco más tarde el alumno a cuyo lado estaba mi puesto, me deslizó hábilmente un papelito; contenía una frase del dictado con estas palabras: «Ayúdeme, si puede; trate de evitarme decir un disparate.»
Ruperto, llegó por fin al último y poniendo su espada entre los dientes se deslizó en el agua sin hacer el menor ruido. Tratándose sólo de exponer mi vida, le hubiera salido al encuentro sin vacilación alguna; con verdadero placer hubiera saldado allí nuestras cuentas, cara a cara y espada en mano, sin testigos, en la soledad de aquella hermosa noche. Pero ¿qué sería entonces del Rey?
Tenía dos niños: el uno que es don Nuño, nuestro muy querido amo, y contaba entonces seis meses, poco más o menos, y el mayor, que tendría dos años, llamado don Juan. Una noche entró en la casa del Conde una de esas vagabundas, una gitana con ribetes de bruja, y sin decir una palabra se deslizó hacia la cámara donde dormía el mayorcito. Era ya bastante vieja... FERRANDO. ¿Vieja y gitana?
Recuérdese que el salón caía al jardín. El jardín, pues, debía encerrar para Amaury un mundo de recuerdos. En tanto que se organizaban las partidas del wist y del boston, mientras que los aficionados a la charla se agrupaban alrededor de Antoñita y de la señora Braun, Amaury, que no podía olvidar completamente que estaba a inedias en su casa, se deslizó y salió al corredor y desde allí al jardín.
Palabra del Dia
Otros Mirando