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Actualizado: 5 de junio de 2025


Pero como no estaba en sus manos que las provincias no se tocasen por todas partes, no podía tampoco evitar que al fin se uniesen en un interés común, y de ahí les viniese esa misma unidad que tanto se interesaba en combatir. Recuérdese que al principio dije que las correrías y viajes de la juventud de Quiroga habían sido la base de su futura ambición.

Recuérdese nuestra lucha de la independencia; jamás un ejército español pasó al sur de Tucumán; jamás en nuestros campos reclutaron hombres los realistas. Más aún: en medio de la lucha se observaban las leyes de la guerra, y después de nuestros desastres, como después de nuestros triunfos, el respeto por la vida del vencido era una ley sagrada.

Recuérdese lo que pasó en 1877 entre nosotros, cuando se debatió la «cuestión Corrientes»: La Tribuna publicó las sesiones al día siguiente, y todos creyeron que era un... milagro.

Recuérdese que el salón caía al jardín. El jardín, pues, debía encerrar para Amaury un mundo de recuerdos. En tanto que se organizaban las partidas del wist y del boston, mientras que los aficionados a la charla se agrupaban alrededor de Antoñita y de la señora Braun, Amaury, que no podía olvidar completamente que estaba a inedias en su casa, se deslizó y salió al corredor y desde allí al jardín.

¡Siento como que me duele el corazón, oyéndolo hablar así, don Melchor...! ¿por qué dice todo eso? ¡Porque es verdad! Qué ha de ser, ¡señor!... y aunque fuera... que no lo es... siempre hay quienes lo quieren de veras, don Melchor. ¡A ?... ¡Bah!... ¿Y los viejos?... ¿y las niñas?... ¡sus hermanas, don Melchor! ¡recuérdese de la «nena»!

Recuérdese que aquí tratamos de causa eficiente, de aquella que da el ser á la cosa, y seria muchas veces absurdo el atribuir este género de causalidad á condiciones, que por otra parte están necesariamente ligadas con lo condicional.

Recuérdese el ejemplo de Goethe, que concibió a los veinte años la idea de Fausto y no terminó su inmortal poema hasta los ochenta. Actualmente, oprimidos unas veces con el afán de lucro, otras con la pasión de la gloria, los que escribimos para el público vivimos en una fiebre devoradora de producción. El público exige a cada instante novedades: es menester servírselas, aunque vayan hilvanadas.

En cuanto á una coalición de las grandes potencias, los Estados Unidos no la temen. Recuérdese cómo desbarataron la Santa Alianza con un Mensaje de Monroe». ¿Tendrá razón el Sr.

Recuérdese que, ya en los tiempos primitivos de la Iglesia, se cantaba por medio de antífonas el himno Gloria in excelsis Deo, y que según el testimonio auténtico de las Siete Partidas, ya en el siglo XIII se observaba en España la costumbre de representar dramáticamente la salutación del ángel á los pastores.

Al comenzar el raciocinio se podria preguntar desde luego, ¿cómo es conocido el principio en que se le quiere fundar? ¿cómo se sabe que sea verdadero? ¿por la evidencia? recuérdese que se trata de probar que lo evidente es verdadero, y por tanto hay una peticion de principio.

Palabra del Dia

irrascible

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