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Deso me podré yo alabar entre todos mis iguales por de mejor garganta, y ansí fuí yo loado della fasta hoy día de los amos que yo he tenido." "Virtud es esa, dijo él, y por eso te querré yo más. Porque el hartar es de los puercos, y el comer regladamente es de los hombres de bien."

Así como bebió Sancho, dio de los carcaños a su asno, y, abriéndole la puerta de la venta de par en par, se salió della, muy contento de no haber pagado nada y de haber salido con su intención, aunque había sido a costa de sus acostumbrados fiadores, que eran sus espaldas.

Seguía este carruaje un escuadrón volante de locos, a pie, y a caballo, y en coches, con diferentes temas, que habían perdido el juicio de varios sucesos de la Fortuna por mar y por tierra, unos riéndose, otros llorando, otros cantando, otros callando, y todos renegando della ; y no tomaba de otros parecer, diligencia para no acertar nada, desapareciendo toda esta máquina confusa una polvareda espantosa, en cuyo temeroso piélago se anegó toda esta confusión, llegando el día, que fué mucho que no se perdiera el sol con la grande polvareda, como don Beltrán de los planetas, subiéndose los dos camaradas la cuesta arriba a la recién bautizada ciudad de Carmona , atalaya del Andalucía, de cielo tan sereno , que nunca le tuvo, y adonde no han conocido al catarro si no es para serville ; y tomando refresco de unos conejos y unos pollos en un mesón que se llama de los Caballeros, pasaron a Sevilla, cuya giralda y torre tan celebrada se descubre desde la venta de Peromingo el Alto, tan hija de vecino de los aires, que parece que se descalabra en las estrellas.

Abonóse además á Gonzalo Diaz por los vidrios de dulces y caxas que dió para los postres de las comidas y cenas y almuerzos y caxas que mandó el embajador dar á las representantas 554 rs» pagándose á Don Melchor de Solorzano 832 rs. por 42 platos de regalo que por su orden se hicieron en los conventos de Madre de Dios y San Leandro para principio y postre de las comidas, almuerzos y cenas de estos cinco días 28.288 mrs.» y á Gabriel de Pamies 625 rs. de la niebe que dió para el gasto del embajador en esta ciudad y vna carga que pidió para llevar en la falua la qual se truxo desde la ciudad de Ronda solo para este efecto en que entran los portes della 21.250 mrs

A esta traducción alemana, que fué hecha por un Padre de la Compañía de Jesús, acompaña la obra del P. Acuña, Nuevo descubrimiento del gran río de las Amazonas, que ya publicamos y forma el tomo II de esta Colección. Título de la edición italiana: Relazione istorica della Nuova cristianitá degl'Indiani detti Cichiti.... Tradotta in italiano da Gio. Bat. Memmi, della Compagnia di Gesú. Roma.

Y así me fui para mi amo, que esperándome estaba. Salimos de Salamanca, y llegando a la puente, está a la entrada della un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal, y allí puesto, me dijo: "Lázaro, llega el oído a este toro, y oirás gran ruido dentro dél."

Finalmente, rodeados de mochachos y acompañados del cura y del bachiller, entraron en el pueblo, y se fueron a casa de don Quijote, y hallaron a la puerta della al ama y a su sobrina, a quien ya habían llegado las nuevas de su venida.

Y á juizio de personas prudentes, si el Turco ó Xarife ó Rey de Inglaterra quisieran buscar una invencion eficaz para arruinarnos y destruirnos, no la hallarán mejor que la destos faranduleros, pues á guisa de unos mañosos ladrones, abrazando matan y atosigan con el sabor y gusto de lo que representan, y hazen mugeriles y flojos los corazones de nuestros españoles, para que no sigan la guerra ó sean inutiles para los trabajos y exercicios della

Perdon tambien a estos amores, que en los Cantares nos los enseñó dios, y pues él se requiebra con su alma, y quiere q. su alma se requiebre con él con tan suaues y tiernos amores, y requiebros como aquellos, no le harán hastío a V. Excelencia estos mis amores, pues son del Alma, y salen de lo mas profundo della.

-Aún es temprano -respondió Sancho-, porque no ha sino un mes que andamos buscando las aventuras, y hasta ahora no hemos topado con ninguna que lo sea. Y tal vez hay que se busca una cosa y se halla otra. Verdad es que, si mi señor don Quijote sana desta herida o caída y yo no quedo contrecho della, no trocaría mis esperanzas con el mejor título de España.