Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 30 de abril de 2025
¡Dios mío, qué pronto se ha concluido el mundo para mí!... ¡Quién había de pensar hace un instante que no os volvería a ver más! Decidme, mamá, Carlota, Mario, ¿he sido tan mala que merezca este horrible castigo? Calla, calla, Presentación decía suavemente su hermana. Es más el susto que el daño. Dentro de ocho días no tienes nada.
¿Á dónde os encamináis esta mañana, moro de paz? preguntó á Roger apenas le vió. Á Munster, á casa de mi hermano, donde permaneceré probablemente algún tiempo, contestó Roger. Decidme lo que os debo, buena mujer. ¿Lo que vos me debéis? exclamó la ventera, que contemplaba admirada la muestra pintada por el joven la noche anterior.
Sed, pues, bueno, y decidme de antemano qué encierra ese cofre. Vamos, loca, estáis bromeando. ¿Qué puede haber en él? Un poco de dinero y títulos de deudas públicas; porque ya os imaginaréis que no soy tan estúpido como para guardar mi dinero sin que produzca. Cuando volvamos de la iglesia, ya marido y mujer, os entregaré las llaves del cofre y de los armarios.
Y volviéndose al cautivo, le dijo: Decidme, amigo, cúyas eran las galeras que os daban caza, y si conseguistes por ella la libertad deseada.
¡Oh! ¡sí! y débole tanto, como que me ha dicho que me ha recomendado al duque de Osuna, y que el duque de Osuna le ha encargado que me busque y me lleve consigo á Nápoles. ¡Ah! ¡el duque de Osuna! Y la dama miró con una profunda atención á Juan Montiño, y se puso pálida; pero sobreponiéndose añadió: Y decidme, ¿estaba con vos don Francisco cuando reñísteis con Calderón?
Puso los manjares que llevaba sobre una grasienta mesa y empezó á comer con ansia. Es necesario alimentarse para tener fuerzas dijo , y sobre todo cuando hay que obrar. Decidme, tío Manolillo, ¿para qué me habéis traído aquí? Para deciros que Dorotea tiene que haceros un encargo y os espera al momento. Yo no puedo ir... y no iré... dijo el cocinero.
¡Estás loca! repitió tristemente el tío Manolillo. Pero decidme... decidme... ¿cómo sabéis vos que esa mujer... doña Clara... ama á Juan? ¿Quieres tú saberlo también? ¿Que si quiero? ¡Sí! Pues bien, ven conmigo. ¿A dónde? A palacio. ¡A palacio! ¿y qué tengo yo que hacer en palacio? dijo con desdén la Dorotea. Verás lo que yo he visto, verás entrar á Juan en el aposento de doña Clara.
Y decidme: ¿habéis venido también á que yo siga salvando á don Juan? Sí. ¿Y de qué modo puede ser eso? Impidiendo que me prendan. Porque preso yo, don Juan queda sin consejo, sin ayuda. No os prenderán ó he de poder poco. Se necesita además... ¡Qué!... Que engañéis á vuestro... ¿qué sé yo lo que es vuestro el tío Manolillo? ¡Ah! ¡infeliz!
Atónito el enanillo de Saturno con sus respuestas, estaba tentado á creer que eran mágicos aquellos mismos á quienes un quarto de hora ántes les habia negado la inteligencia. Díxoles finalmente Micromegas: Una vez que tan puntualmente sabeis lo que hay fuera de vosotros, sin duda que mejor todavía sabréis lo que hay dentro: decidme pues qué cosa es vuestra alma, y cómo se forman vuestras ideas.
Es muy posible replicó el señor de Pavol, sorprendido de mi aplomo. Pues bien, elige tema. Decidme, tío, ¿no sois algo impío? ¡Eh! ¿qué diablo dices, sobrina? Os pregunto, tío, si no sois algo hereje y tarambana. ¿Te burlas de mi? exclamó mi tío. No os enojéis, mi tío; comienzo un estudio de costumbres más interesante que el de los cafres.
Palabra del Dia
Otros Mirando