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Actualizado: 30 de abril de 2025


¡Dorotea! ¿Os ama tanto como yo vuestra mujer? ¡Oh, qué pregunta! Es que yo quiero, es que yo deseo que os ame, no más que yo, porque eso es imposible, sino tanto; yo bien que siendo vuestra esposa, será digna de serlo... ¡Oh, ! ¿Y quién es? ¿La conozco yo? Decidme su nombre.

Decidme una sola palabra de afecto, ya que no de amor y ella bastará para animarme y sostenerme en vuestra ausencia, más mortal mil veces que todos los peligros de la guerra. Pero ¡ay de ! os he atemorizado con mis palabras, ofendídoos quizás.... La conmovida doncella se había llevado las manos al pecho y por dos veces trató de replicar, pero inútilmente.

, respondió maquinalmente el cura. Porque siempre se quiere a su marido ¿verdad? Sin duda alguna, sin duda. Bueno. Ahora, señor cura, decidme si se da el caso de que los hombres amen a varias mujeres. Yo no eso repúsome fastidiado el cura. , , debéis saberlo. Por otra parte un marido puede amar a otra mujer, que la propia, puesto que Francisco I amaba a Ana de Pisseleu y era casado.

Desde que estoy encantada con la adquisición, esto no constituye más que un detalle, pero que no me disgustaría saber... Decid, señor cura, si lo sabéis, decidme el precio. Un precio enorme respondió el cura, pues se agitaban muchas esperanzas y ambiciones en torno de Longueval. ¡Un precio enorme! me asustáis... ¿Cuánto, exactamente? ¡Tres millones!

Decidme, amigos replicó el alcalde : ¿cautivastes juntos? ¿Llevaron os a Argel del primer boleo, o a otra parte de Berbería? No cautivamos juntos respondió el otro cautivo , porque yo cautivé junto a Alicante, en un navío de lanas que pasaba a Génova; mi compañero en los Percheles de Málaga, adonde era pescador.

Plega al cielo que los jueces que os quitaren el premio primero, Febo los asaetee y las Musas jamás atraviesen los umbrales de sus casas. Decidme, señor, si sois servido, algunos versos mayores, que quiero tomar de todo en todo el pulso a vuestro admirable ingenio.

Decidme, sargento, preguntó un mozalbete desde el extremo opuesto del cuarto ¿á qué cuento fué la batalla aquella? ¿Ahora salimos con esas, rocín? ¿Pues á qué cuento había de ser sino á dejar sentado una vez por todas quién había de llevar la corona de Francia? Bueno es saberlo. Creíame yo que era para averiguar quién debía de quedarse con vuestro cobertor de pluma....

Gracias, Elena, por vuestro recuerdo. ¿De modo que no me habéis olvidado? ¿Olvidado, Federico? Vos y Marta sois las únicas criaturas que me habéis amado en la tierra. El joven meneó la cabeza, y dijo precipitadamente: No tenemos tiempo para cambiar palabras dulces. Decidme, Elena, ¿de dónde procede vuestra aya? De Bruselas, Federico. ¿Cuál es su apellido? Se llama Marta, Marta Sweerts. ¿Quién es?

La posesión de doña Clara no podía hacer que yo olvidara, que yo arrojara de esta fascinación poderosa que me causáis... Ya que hemos llegado á , decidme, decidme, ¿qué impresión causé en vos?

Decidme dijo el padre Aliaga , ¿de quién es hija esa desgraciada?

Palabra del Dia

hociquea

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