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Actualizado: 1 de junio de 2025
Bajaron dándose el brazo y se encontraron en el comedor con un hombre como de cuarenta años, que tenía la apostura dura y correcta de un militar, en traje de particular. Caballero le dijo la señora de Maurescamp, con una voz un poco temblona , deseo hablarle... Mi marido partió esta mañana para Bélgica... parece que ignora usted el motivo de su viaje... Sí, señora, lo ignoro.
Así se los ponían a Fernando séptimo dijo el fiscal, repitiendo una frase tradicional en los billares, en idénticos casos; es decir, cuando queda la bola contraria entre la del jugador y los palos y en línea recta, para fusilar. ¿Se tira esto? preguntó Leto al Ayudante repitiendo otra frase de billar. Y con mucho cuidado contestó el Ayudante, dándose por muerto. Pues allá va.
Era la Patria, la Justicia, la República, contemplando con sus ojos vagos y sin pupila á la hembra de carne y hueso que empezaba á temblar, dándose cuenta de su situación. ¡Yo no quiero morir!... gritó de pronto, abandonando sus seducciones, pasando á ser una pobre criatura enloquecida por el miedo . ¡Yo soy inocente!
Llegado junto al viajero, le habló, lo tocó y dándose vuelta, dijo sencillamente a D. Salvador: ¡Pobre D. Juan, viene difunto! Más tarde, en el Perú, pude verificar la exactitud de la narración de D. Salvador. Hasta no ha mucho, se encontraban en los caminos del interior algunas mulas llevando la fúnebre carga.
La carcajada de los atlots atrajo su atención, adivinando confusamente algo hostil para su persona. ¿Qué decía aquel cordero rabioso?... La voz del cantor, su pronunciación campesina y los continuos cloqueos con que cortaba los versos eran poco inteligibles para Jaime; pero lentamente fue dándose cuenta de que el romance iba dirigido a las atlotas que desean abandonar el campo, casándose con caballeros, para lucir los mismos adornos que las señoras de la ciudad.
Luego, el servicio; el maitre d'hôtel, inglés, tan rígido sobre su mula como cuando más tarde murmuraba a mí oído: «Margaux, 1868», el chef francés, riendo y dándose cada golpe que las piedras se estremecían de compasión, y por fin, las dos pobres muchachas inglesas, que jamás habían montado a caballo y que miraban el porvenir con horror.
El sacerdote llevaba la palabra y hablaba con vehemencia, como tratando de persuadir a la hija del contramaestre del «Annie Curtis», para que procediese en el sentido que le indicaba. Ella parecía pensativa, silenciosa e indecisa. Una vez se encogió de hombros, y se retiró de él, dándose vuelta como en actitud de desafío, pero en el acto el astuto sacerdote fue todo sonrisas y disculpas.
Iba a ser un festeig del que se hablaría en toda la isla; y eso que muchos, aunque se comían a Margalida con los ojos, no osaban entrar en el cortejo, dándose de antemano por vencidos.
Los soldados nombraron seis de su parte, y los de la tierra otros tantos, para que de comun parecer y acuerdo se pusiese precio á las vituallas: porque encareciéndose más de lo justo fuera gran descomodidad para los soldados, y dándose á un precio muy bajo no resultase en notable daño de los huéspedes, á más que faltára el comercio y provision ordinaria que acudia de todas partes con abundancia.
Siguió su vida de siempre, y se apartó más que nunca del trato de sus hijos, dándose por completo a la visita de iglesias y sacristías, exacerbado su furor religioso con aquella desgracia, que parecía no haber rozado siquiera su corazón de granito. Pablo no se atrevía a chistar y la pobre Casilda no tenía ya ojos para llorar a su hermana.
Palabra del Dia
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