Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de noviembre de 2025
Con la mujer mostrábase alegre, aunque un tanto resentido en su amor propio porque ella parecía dudar de sus fuerzas. Ya recibiría noticias de la corrida próxima. Iba a asombrar al público, para que éste se avergonzase de sus injusticias. Si los toros eran buenos, quedaría como el propio Roger de Flor... aquel personaje que siempre tenía en boca el mamarracho de su cuñado. ¡Los toros buenos!
Al ver que su cuñado quedaba acortado, se apresuró a decir: Mira, cuanto menos hablemos de esas cosas, y, si posible fuera, cuanto menos pensásemos, sería mejor... Ahora lo que importa es que tomes este caldo. Después te traeré unas croquetas y un lenguado... ¿quieres? No tengo apetito, Cecilia respondió haciendo esfuerzos por reprimir su emoción. Todo es empezar... Verás...
Marieta se fijó en él... Si al volver la cabeza resultase que era su cuñado, ¡Dios mío, qué susto! Pero segura de que estaba muy lejos, siguió adelante, saboreando la cruel idea del encuentro, por lo mismo que lo creía imposible, temblando al pensar que fuese Teulaí el que estaba a la puerta de la taberna. Pasó junto a él sin levantar los ojos. Buenas tardes, Marieta.
Las mulillas estaban en la plaza: una trinca para recoger los caballos muertos, otra para llevarse a rastras el cadáver del toro. Carmen vio venir por debajo de las arcadas a su cuñado. Aún estaba trémulo de entusiasmo por lo que había visto. Juan... ¡colosal! Está esta tarde como nunca. No tengas mieo. ¡Si ese chico se come los toros vivos!
Entretanto, ¡Dios mío! mi voluntad se dirige todavía hacia Vos, sostenedme y haced que pueda daros todo lo que me resta... ¡Ay! ¡qué pobres e indignas de Vos son mis ofrendas! 25 de julio de 1818. Nos hallamos en la casa de mi buen cuñado el abate Lamartine, que se encuentra enfermo.
Discutieron largamente, pero la mujer oponía a todas sus razones la misma respuesta tenaz: No me acompañes... Iré yo sola. Acabó el cuñado por rendirse, y en un coche de alquiler fueron a la plaza, entrando en ella por la puerta de Caballerizas.
Aparte del cual inspirábale Beatriz esa aversión odiosa que sentía por todo lo que fuese superior, a él, ora en el orden físico, ya en el moral e intelectual. Por último, se sentía inquieto en el único honrado sentimiento que le restase, temiendo que la nueva esposa de su cuñado no le arrebatara la afección de Marcelita a quien, en su entender, alejaría de él poco a poco la altanera madrastra.
Bien sabe Dios que hice voto solemne en mis adentros de no echar allí pie a tierra, como no me desmontaran a tiros. Era el cuñado de Neluco un hombre bastante gordo y no muy alto, moreno y atezado de rostro, con anchas patillas grises, pelo recio y poca frente. No hablaba tanto como su mujer, pero no era menos afectuoso y hospitalario que ella.
Encantan a Dulcinea, y azótanme para que se desencante; muérese Altisidora de males que Dios quiso darle, y hanla de resucitar hacerme a mí veinte y cuatro mamonas, y acribarme el cuerpo a alfilerazos y acardenalarme los brazos a pellizcos. ¡Esas burlas, a un cuñado, que yo soy perro viejo, y no hay conmigo tus, tus!
Pablo Aquiles era un bendito de Dios. Entregado, por completo, al amor de su mujer, dejaba el gobierno de la casa en manos del cuñado, que mandaba en jefe; éste pagaba las cuentas, recibía los criados, hacía y deshacía, sin consulta ni apelación. De la testamentaría iniciada, era él el albacea, y se entendía con abogados, procuradores y escribanos.
Palabra del Dia
Otros Mirando