Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 19 de junio de 2025


Al despertar, veía frente a el rostro pálido y dulce de su cuñada, con los ojos muy abiertos, mirando con fijeza al vacío. ¿En qué piensas, Huesitos? le preguntaba restregando los suyos. La joven salía de su éxtasis estremeciéndose, y sonreía bondadosamente. No lo yo misma... En nada. ¿No tienes algún quebradero de cabeza? le dijo una noche levantándose y cogiéndola afectuosamente la barba.

Observará el lector que mi cuñada, dando muestras de escasísima lógica, se empeñaba en considerar mi rojiza cabellera casi como una ofensa y en hacerme responsable de ella, apresurándose a suponer en , sin otro fundamento que esos rasgos externos, cualidades que por ningún concepto poseo, y mostrando como prueba de tan injusta deducción, lo que ella daba en llamar la vida inútil y sin objeto determinado que he llevado hasta la fecha.

Está persuadido de que en su vida ha visto tanta gracia. ¡Qué encanto en la actitud de esa joven cuñada medio tendida! Las palabras de su hermano le vuelven a la memoria: «¿Me habría sido posible no amarlaNo , pero hoy siento ganas de charlar dice Gertrudis con sonrisa confiada; y coloca más cómodamente su cabeza. ¿Y , estás dispuesto a escuchar?

El joven retrocedió asustado al reconocer a su cuñada. Soltó el arma que empuñaba, empujó otra vez apresuradamente la puerta, y se fué tropezando, lleno de confusión, hacia su cuarto matrimonial. Ventura estaba leyendo tranquilamente a la luz de un quinqué. Al ver a su esposo delante, se levantó asustada. ¿Qué es eso? ¿Cómo estás aquí?

Así que con disimulo alcé un si es no es el visillo, apliqué el ojo, y cuando la señora se inclinó para tomar el vaso de agua quedé asustado viendo que era Elenita. ¿Cómo? ¿Qué está usted diciendo? ¿Mi cuñada Elena? La misma, Tristanito, la misma. ¡No puede ser! Le digo que la he visto tan bien como le estoy viendo a usted ahora. ¿Y no pudo usted haberse equivocado? ¿Que fuese una mujer parecida?

Creo que hasta ahora no se ha mencionado la circunstancia de que cuando tenía Hawthorne casi concluída la novela, leyó lo escrito á su esposa, y preguntándole ésta cuál sería el desenlace, obtuvo por toda respuesta: "Realmente no ." Á su cuñada, la Srta.

Sois un gentil mozo, aunque no os parecéis ni á vuestro padre ni á vuestra madre; mi hermano era así poco más ó menos como yo, lo que no impedía que fuese un valiente soldado del rey, y mi cuñada, vuestra madre, fué en sus mocedades un tanto cuanto oronda y frescota, pero era fea y morena que no había más que pedir; vos sois muy gentil hombre, blanco y rubio, como si dijéramos, la honra de la familia, porque ya me estáis viendo y ya sabéis lo que fué vuestro padre y lo que es vuestro tío Pedro.

¡Esto no es posible, me hace una comedia! se decía ante los ojos risueños que la miraban; no se recibe de esa manera la noticia de la mala conducta de un novio. En otro rincón del salón, la señora Gardanne, de muy buena fe, ponía un celo no menos caritativo en instruir a su cuñada del encuentro que había hecho Bertrán en las carreras de Ascot.

Veo que me extiendo demasiado en hablar a Vd. de esta Pepita Jiménez y de su historia; pero me interesa y supongo que debe interesarle, pues si es cierto lo que aquí aseguran, va a ser cuñada de Vd. y madrastra mía. Procuraré, sin embargo, no detenerme en pormenores y referir en resumen cosas que acaso Vd. ya sepa, aunque hace tiempo que falta de aquí. Pepita Jiménez se casó con D. Gumersindo.

Hablaba la señora Tomasa con voz conmovida. Después, Gabriel, ya sabes lo que ocurrió aquí. Se murió tu pobre cuñada, no sabemos de qué. Fue cosa de pocos días; tal vez de vergüenza, pues murió diciendo que ella era la culpable de todo. La partía el corazón ver cómo había quedado tu hermano después del suceso.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando