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Actualizado: 1 de octubre de 2025
Haré lo que pueda por aliviarla. Y Dios se lo pagará a usted; mañana por la mañana iremos a verla. Hoy está usted cansado de su paseo. No le arriendo la ganancia dijo Momo refunfuñando . Muchacha más soberbia... No tiene nada de eso repuso la abuela ; es un poco arisca, un poco huraña... ¡Ya se ve!
Sí, sí, era aquello algo nuevo, algo nuevo para su espíritu, cansado de vivir nada más para la ambición propia y para la codicia ajena, la de su madre. Necesitaba su alma alguna dulzura, una suavidad de corazón que compensara tantas asperezas.... ¿Todo había de ser disimular, aborrecer, dominar, conquistar, engañar?».
Mercado, cansado de la vida que llevaba en la aldea, y ya alterado con las relaciones arriscadas que había escuchado del antiguo soldado, se resolvió a dejar a España y a probar fortuna.
Harías mal en no estimarlas sinceras... Además, no necesito yo decirte lo mucho que vales. Eso lo sabe todo el mundo. Gracias, gracias. ¿Te has cansado de jugar? Me duelen un poco las muelas. Sácatelas. ¿Todas? Las que te duelan, hijo. ¡Ave María! ¡Con qué indiferencia lo dices! ¿A ti no te importaría nada, por supuesto? Yo siento siempre los males del prójimo. ¡El prójimo! ¡Qué horror!
Sentóse cansado Corchuelo, y llegándose a él Sancho, le dijo: -Mía fe, señor bachiller, si vuesa merced toma mi consejo, de aquí adelante no ha de desafiar a nadie a esgrimir, sino a luchar o a tirar la barra, pues tiene edad y fuerzas para ello; que destos a quien llaman diestros he oído decir que meten una punta de una espada por el ojo de una aguja.
Pudiera dilatarme mucho más en ponderar las fatigas gloriosas de los Jesuitas: pero acabo, por no ser cansado, diciendo: que no habiendo hallado en este libro cosa que se oponga á las regalías de S. M. ni á nuestra Santa fe católica, ni á las buenas costumbres, juzgo que se debe dar al autor la licencia que pide.
¿Vuestra majestad me despide de su servicio? dijo, sobreponiendo su orgullo á su turbación, la camarera mayor. Creo, Dios me perdone, que os atrevéis á reconvenirme porque os reprendo. Yo... señora... Me he cansado ya de sufrir, y empiezo á mandar. Continuaréis en mi servicio, pero para obedecerme, ¿lo entendéis? Señora... mi lealtad...
¿Parece que a ustedes no los ha dejado satisfechos la fiesta? dijo de pronto Melchor al terminar la comida. ¿Cómo no?... repuso Ricardo, hemos asistido a un espectáculo muy interesante; yo no hablo mucho porque estoy cansado con el galopón de esta mañana y el trajín de todo el día. ¿Y tú?
Era el intruso, que, cansado de esperar en la antesala, se había metido audazmente en la pieza más próxima. Se indignó el marqués ante tal irrupción; y como era de carácter fácilmente agresivo, avanzó hacia él con aire amenazador. Pero el hombre, que reía de su propio atrevimiento, al ver á Torrebianca levantó los brazos, gritando: Apuesto á que no me conoces... ¿Quién soy?
Oye le dijo Esperanza cuando se hubieron cansado de hablar de sombreros , ¿sabes que el último día que he estado en el colegio les llevé el retrato de mi hermanito?... Verás qué paso más gracioso. Lo han retratado desnudo, y como tiene aquello descubierto, la hermana María de la Saleta no quería enseñarlo a las niñas.
Palabra del Dia
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