Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 4 de mayo de 2025


No había figura que saliese ó pareciese salir del centro de la tierra por lo hueco del teatro, al cual componían cuatro bancos en cuadro, y cuatro ó seis tablas encima, con que se levantaba del suelo cuatro palmos; ni menos bajaban del cielo nubes con ángeles ó con almas.

Redondo, gordo, con las piernas como una O; y, sobre esa panza, una verdadera cabeza de apóstol... Pedro, Andrés o cualquiera de ellos. Una linda barba redondeada, con dos mechas blancas que bajaban de la extremidad de los labios; una piel de pergamino amarillento, toda arrugada alrededor de los ojos, la cabeza calva, pero con dos tupés grises desgreñados, arriba de las orejas.

Era el alma heroica y maldita de la familia. Las antiguas damas de la casa no mencionaban jamás su nombre, y al escucharlo bajaban los ojos y enrojecían. Guerrero de la Iglesia, santo caballero que había pronunciado voto de castidad al entrar en la Orden, llevaba siempre mujeres en su galera.

Debajo se figuraba la Tierra y el Purgatorio, y en la parte inferior inmediata, el Infierno en forma de dragón, por cuyos pliegues subían y bajaban los demonios. A un lado había un nicho con cortinas, en donde se suponía suceder todo aquello, que no se podía ofrecer á la vista de los espectadores.

Bajaban por la calle Florida y llegaron, conversando, a las puertas del Jockey-Club. Entremos, dijo Muñoz. Busquemos una salita donde podamos conversar enteramente solos. La vida tiene cosas extrañas, muy extrañas, y uno se transforma y va dejando atrás los pedazos de su personalidad antigua. ¿Sabes que aprendí a dudar?

Otros bajaban a los corredores y se tendían al sol; pero los propiamente salvajes, vivían y aun se criaban arriba, persiguiendo el sabroso ratón de los secaderos. Pasaron junto a las dos damas figuras andrajosas, ciegos que iban dando palos en el suelo, lisiados con montera de pelo, pantalón de soldado, horribles caras. Jacinta se apretaba contra la pared para dejar paso franco.

Durante esta parada, bajo el modesto techo de su juventud y de sus amores, retiréme, yo solo, dentro de su cuarto, sumergiendo mi rostro entre las almohadas de aquel lecho vacío, desde donde escuchaba el prolongado choque de los zuecos de los hombres y mujeres que subían y bajaban sin cesar, las gradas de piedra de la entrada, para ir a su turno a arrodillarse y orar junto al vestíbulo.

Los más atrevidos Tenorios, famosos por sus temeridades, bajaban ante ella los ojos, y su hermosura se adoraba en silencio.

Montones de nubes espesas vendaban la frente de la Peña Mayor y bajaban hasta reposar sobre las colinas más próximas, cubriendo todo el valle de un toldo impenetrable, sin que por ello hubiese temor de lluvia ó tempestad. En estas tardes, frecuentes en los países del Norte, el silencio es más completo, el aire sofocante y abrasa las mejillas.

Bajaban las señoras de sus coches, vestidas de negro, con ricas mantillas, y los hombres penetraban en la iglesia, atraídos por la concurrencia femenina. Gallardo entró también. Un torero debe aprovechar las ocasiones para rozarse con las personas de alta posición.

Palabra del Dia

tundas

Otros Mirando