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Actualizado: 4 de junio de 2025
Los dos millones escasos de habitantes que permanecieron quietos en sus casas, sin dejarse arrastrar por el pánico, habían acogido con grave serenidad la victoria. Ninguno se explicaba con exactitud el curso de la batalla: vinieron á conocerla cuando ya había terminado.
«Cuando Antonio Pérez fué acogido en Francia por el Rey vuestro padre, y por atenuar su miseria le acordó pensión, deseando el extranjero acreditar el reconocimiento de los beneficios recibidos y ofrecer testimonio de que no por desgraciado era ingrato, dió al mismo Rey tres avisos que no son de poca consideración: ROMA, CONSEJO Y MAR. La advertencia del anciano español, consumado en asuntos de Estado, no ha de considerarse tanto por la autoridad del que lo daba, como por su propio peso.»
Y todos, con esa sumisión de las muchedumbres cuando se sienten dominadas por el entusiasmo ó el asombro, siguieron sus ojos para conocer al hombre que era acogido de este modo por la heroína.
Frecuentemente, en casa de madama de Longueval, después de comer, dormitaba un poco. Vosotras le habéis acogido con tanta bondad, que ha recobrado su antigua costumbre. Y ha hecho muy bien dijo Bettina. No hagamos ruido, no le despertemos. Sois demasiado buena, señorita; pero la noche está muy fresca. ¡Ah! es verdad, podría resfriarse. Esperad, voy a buscar un tapado.
Miraba á todos con orgullo, pero sonreía humildemente al dueño de Villa-Sirena para que olvidase su resistencia de momentos antes y las terribles amenazas con que la había acogido. Al poco rato volvió Alicia hacia ellos, guardando un papel en su bolso de mano. El entusiasmo del músico hizo explosión. ¡Oh, duquesa!... ¡Divina duquesa! La besaba en uno de sus brazos desnudos; luego en un hombro.
No tienes que atormentarte en cuanto a mí por una cosa que no he querido, que no he fomentado, ni acogido, que no me interesará jamás, que me es tan indiferente como esto dijo sacudiendo en el aire la ceniza de su cigarro. En lo que a Julia se refiere, te permito compadecerla, porque se empeña en una idea loca... Hace su desgracia a su placer...
Supongo que el general Aznar sabrá apreciar la diferencia que existe entre esos periódicos que han acogido sus manifestaciones del Senado con una vocinglería sentimental, y yo, que las enfoco seriamente en el terreno de la realidad. ¡Arrasar Barcelona! ¿Qué duda cabe de que así se acabaría de una vez y para siempre con todas las cuestiones de Barcelona?
Seguía: «Hoy que la civilización, rotas las cortapisas que detenían las conciencias y supeditaban el espíritu, nos abre vasto campo a todos por medio de la prensa para expresar nuestro libre pensamiento y emitirlo a la faz del mundo, confiado en la amistad con que usted me ha distinguido siempre, y en la benevolencia con que el público ha acogido hasta ahora los humildes partos de mi pluma, etc., etc.»
Vivo aún porque soy cristiana; pero ¡qué existencia me espera! ¡Qué vida para ti, si eres verdaderamente un padre!... Piensa que tu hijo existiría si no te hubieses quedado en Nápoles. Ferragut era digno de lástima. Bajaba la cabeza, sin fuerzas para repetir las desordenadas y mentirosas protestas con que había acogido las primeras palabras de su esposa.
Se habian acogido á esta poblacion muchos fugitivos de las provincias inmediatas, que atemorizados de los estragos que ocasionaba el tirano, no pensaban sino en salvar sus vidas por aquel medio: y cuando estaban imaginando abandonar la ciudad, y que era en vano intentar resistir al rebelde, lo impidió D. Manuel Villalta, corregidor de Abancay, que habia servido en el real ejército con el grado de Teniente Coronel.
Palabra del Dia
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