Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de junio de 2025
Onde le coge la cafetera, hijo; con el ite de que no la suelta dende que anda con esa arbolaura por las calles. ¿Y los hijos?
¡Bribona, tú la has hecho hoy ... y yo te voy á abrir en canal! grita exasperado el Tuerto al notar la turbación, cada vez más visible, de su mujer. Á ver el dinero, digo, ¡pronto! La interpelada saca, temblando, unos cuartos de su faltriquera, y sin abrir toda la mano, se los enseña á su marido. ¡Esos no son más que ocho cuartos ... y yo te dejé veintiuno!... ¿Ónde están los otros?...
Vete con esas lágrimas á onde no te conozcan; que yo ya sé de qué pie cojeas. ¡Hipocritona, borracha!... ¡Á ver si te levantas de ese rincón y barres la casa y das de comer á esos muchachos! ¿Qué he de darles, si no lo tengo? Bebe menos, y verás como lo encuentras. Tras estas palabras y una mirada muy significativa, pero que nada tenía de dulce, salió de la sala el Alcalde.
¡Después que se le había podrió la maera, tiña! ¡Me valga Dios, qué pícara!... ¿Qué va á ser de estas criaturas el día que la suerte me saque de casa!...; porque el demonio no tiene por ónde desechar á esta mujer. La semana pasá la entregué veinticuatro riales pa que vistiera á los hijos...; ¿usté los ha visto?: pos tampoco yo. La borrachona los consumió en aguardiente.
Un rato estuvo estirándose, refregándose los ojos con las manazas, y escupiendo más hostias que palabras. «¿Onde está el judío ladrón que ha entrado sin mi premiso?, ¡hostia!, que le parto por la metá». El lenguaje de Segunda no desmerecía del de su hermano por la finura ni por lo escogido de las voces, lo que desagradaba extraordinariamente a Ido.
Dígame usted, tío preguntéle de golpe, y sin reparar en que le cortaba a lo mejor un entusiástico discurso precisamente sobre la anchura y salubridad del valle , ¿por dónde se sale de aquí? ¿Jacia ónde? me preguntó él a su vez.
Como si callaran; que nosotros, los probes, vamos por onde nos llevan, ¡y gracias que así y todo!... Conque ¡ea!, se agradece el osequio y la alabanza, y hasta otra. ¡Pero oye un momento!... No puede ser, que se me van las bestias, y temo que hagan alguna que me cueste los cuartos. ¿Lo ven ustedes? decía don Simón, muy amoscado, volviéndose hacia sus consejeros.
Pus, tiña, de mi madera sois, con toa esa fantesía; y el más ó el menos de trapo, no le hace al casco tener los fondos mejores.... Ni barrunto que de ayer acá vos haya caído denguna herencia de repente, pa echarvos tanta guinda.... Onde se ve la gente es en la mar, ¡retiña!; ¡y que se diga muy recio si en más de tres duros y medio que ya cuento, le he pedido á anguno remolque allí!
Pues no sé de ónde ha salido el dicho de que esta gente fina gasta remilgos para comer; que, por cierto y mi vida, le aseguro a usted que mayor franqueza que en mi casa tuvieron en la mesa, no la tendrán en la suya.
Y luego añadió apuntando al perfil más elevado de la sierra, hacia nuestra derecha y refiriéndose al oso: Bajandu de ayí y como dende la metá del caminu hasta onde nos jayamus nusotrus, lu vi ayer.
Palabra del Dia
Otros Mirando