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Actualizado: 19 de junio de 2025
¡En mi casa! gemía con expresión de asombro . ¡En el cortijo!... ¡Y eya se acostó en mi cama!... Yo lo sabía too, y cayaba, ¡cayaba!... ¡Pero esto! ¡Josú! ¡Esto, que no hay en toa Seviya un hombre que se atreva a tanto!... El Nacional intervino bondadosamente. Calma, señora Carmen. ¡Si aquello no tenía importancia!
Ámonos decía la vieja con gran exaltación en la voz y los ademanes. Ámonos a Jerez en seguía. Quiero que antes de que amenesca la vean todos los nuestros, tan bonita y tan arreglá como la misma Mare de Dios. Quiero que la vea el abuelo, mi padre, cabayeros; el gitano más viejo de toa Andalusía, y que la bendiga el pobresito con sus manos de Pae Santo, que tiemblan y paese que tienen lus.
¡No me caigo, no, desaborío!... ¿Quieres ver cómo no se me doblan todavía las piernas?... Venga un tango, Luisillo, que voy á bailar á la salud de los novios y de toa la compañía. ¡Ole la niña graciosa!... ¡Viva tu boca, salero! gritaron entusiasmados los hombres. Y lo mismo ellos que ellas suspendieron sus pláticas para darse el gusto de ver á la que pasaba por primorosa bailadora.
¿Es eso justo, don Fermín? Porque no hago comedias, como toos esos... soplones y lamecosas que van a la misa de don Pablo, con toa su familia y toman la comunión después de pasar la noche de juerga, me echan a la caye. Sea usté franco; diga la verdad; y aunque usté trabaje como un perro, es usté un pillo: ¿No es eso, cabayeros?...
Me fui porque me aburría. ¿Hablo claro?... Y cuando una persona se aburre, creo que tiene derecho a escapar, en busca de nuevas diversiones. Yo me aburro a morir en todas partes: téngame lástima. ¡Pero yo la quiero a usté con toa mi arma! exclamó el torero con una expresión dramática e ingenua que hubiese hecho reír en otro hombre.
Su compañero el picador deseaba hablarle antes de que lo trasladasen al hospital. Adió, señá Carmen. Voy a ve qué quié ese probesito. Una caía con fratura, según disen. Ese no pica en toa la temporá. Carmen se refugió bajo las arcadas, queriendo cerrar sus ojos para no ver el espectáculo repugnante del patio, pero al mismo tiempo sentíase atraída por el rojo mareador de la sangre.
La gitana escuchaba sonriendo, sin dejar de engullir ávidamente los garbanzos, pero al mentar Zarandilla su fealdad cesó de comer. Caya, cegato, mala sombra. Premita Dió que te veas toa la vida bajo tierra, como tus hermanos los topos... Si ajora soy fea, tiempos hubo en que me besaban los zapatos los marqueses. Bien lo sabes tú, arrastrao...
En las manos consiste toa la cencia.... Si me hubiera hecho la ropa un sastre de Santander, como yo quería.... Lo mismo que el chaleco ... y los calzones: por un lado me sobra media fanega, y por otro no me puedo revolver adentro.... ¡Y estos zapatos!... Yo no sé en qué consiste que cuanto más tocino les doy, más peor se ponen. ¡Qué zapatos los de don Damián, tisana!
Pus, tiña, de mi madera sois, con toa esa fantesía; y el más ó el menos de trapo, no le hace al casco tener los fondos mejores.... Ni barrunto que de ayer acá vos haya caído denguna herencia de repente, pa echarvos tanta guinda.... Onde se ve la gente es en la mar, ¡retiña!; ¡y que se diga muy recio si en más de tres duros y medio que ya cuento, le he pedido á anguno remolque allí!
Pero, señor, fegúrese usté que el hombre me llama y me ice «doy el reló pa la torre sin el menor aquel de gastos pa el respetive: yo pago too el jaleo, y pueen ustedes desde hoy avisar á los carpinteros y albañiles que han de juriacar la paré, porque la cosa estará aquí en toa la semana que viene.»
Palabra del Dia
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