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En nosotros mismos podemos notar esta dualidad: en cuanto sensibles, experimentamos el fenómeno: en cuanto inteligentes, ya que no conozcamos la realidad, nos esforzamos en columbrarla por medio de raciocinios y conjeturas. Su existencia nos es conocida no solo por los fenómenos, sino tambien por los principios del entendimiento puro, superiores á todo lo individual y contingente.

Suelen distinguirse por una insufrible locuacidad, efecto de la rapidez de percepcion, y de la facilidad de hilvanar raciocinios. Apénas juzgan de nada con acierto: y si alguna vez entran en el buen camino, bien pronto se apartan de él arrastrados por sus propios discursos.

Es elocuente en alto grado; ameno a veces, a veces sublime, y tan rico siempre de doctrina, de atrevimientos, de ideas originales y de clara y bien ordenada exposición de las ideas de otros, que sugiere, despierta y suscita en cualquier espíritu, aunque sea pobre e infecundo como el mío, tan grande tropel de pensamientos y tan enmarañada madeja de raciocinios, que si no fuese por miedo de fatigar a mis lectores, no me aquietaría yo con escribir este artículo, sino que escribiría una docena, y aún se me quedaría mucho por decir.

En otras ocasiones, ansiosa de descargar más aún su conciencia, de declinar toda responsabilidad, aunque por los raciocinios anteriores se había demostrado a propia que no tenía nada de disgustoso de que salir responsable, doña Luz iba esfumando en su memoria todos los favores que había hecho al Padre; iba quitando todo valer y significación a las muestras de afecto que le había dado; y lo iba reduciendo todo a las mezquinas proporciones de una amistad fría y severa, como la que puede y debe mediar entre un discípulo y un maestro, ahuyentando de o borrando cualquier enojoso recuerdo, falso en su sentir, hasta de la menor coquetería inconsciente, por parte de ella.

En efecto, se ha demostrado con la experiencia que nuestro entendimiento no se guia por ninguna de las consideraciones que tienen presentes los filósofos; su asenso, en los casos en que va acompañado de mayor certeza, es un fruto espontáneo de un instinto natural, no de combinaciones; una adhesion firme arrancada por la evidencia de la verdad, ó la fuerza del sentido íntimo ó el impulso del instinto, no una conviccion producida por una serie de raciocinios; luego esas combinaciones y raciocinios, solo existen en la mente del filósofo, mas no en la realidad; luego cuando se quieren señalar los cimientos de la certeza, se indica lo que tal vez pudiera ó debiera haber, pero no lo que hay.

Lo que en esto sucede lo conoce el entendimiento por observacion, no por Lógica. Quando por repetidas observaciones se ha llegado á formar aquel seguro conocimiento que se tiene de las cosas, al qual llaman experiencia, entra la Lógica formando máxîmas universales y particulares, para que por ellas se puedan sujetar las verdades adquiridas por observacion al exâmen de los raciocinios.

En la mayor parte de sus raciocinios, procede el hombre por analogía. «Siempre ha sucedido esto, luego ahora sucederá tambien.» «Comunmente despues de tal hecho, sobreviene tal otro, luego lo mismo acontecerá en la actualidadDe aquí dimana que tan pronto como se ofrece la ocasion de formar juicio, apelamos á la comparacion; si un ejemplo apoya nuestra manera de opinar, nos afirmamos mas en ella; y si la experiencia nos suministra muchos, sin esperar mas pruebas damos la cosa por demostrada.

Todas estas proposiciones hasta llegar á la verdad primitiva, que por misma es clara, son unos sylogismos tácitos, que con facilidad se pueden reducir á raciocinios descubiertos, con los quales se llega á ver la conveniencia de lo que se trata con los primeros principios.

El sistemático por el contrario nunca pierde de vista los principios que se ha figurado, y no siendo estos naturales, tampoco son conformes á lo natural sus raciocinios. En mi discurso sobre el Mecanismo se puede ver explicado esto con muchos exemplos.

La cena se parecia á casi todas las cenas de Paris; primero mucho silencio, luego un estrépito de palabras que no se entendian, chistes luego, casi todos muy insulsos, noticias falsas, malos raciocinios, algo de política, y mucha murmuracion; despues habláron de obras nuevas.