United States or Bhutan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Pero todo ha terminado, si nos guiamos por las copiosas lágrimas de Luisa. ¡Ay, Marianela, qué desgraciada soy! ¿Tanto, tanto? ¡Mucho, mucho! Pues ¿qué te pasa? Que Daniel me abandona. ¡Cómo! ¿Qué dices? , me abandona. Ya no soy para él lo que antes era. ¡Así son los hombres!... Oye, Luisita; las mujeres hablamos mal de los hombres en general, y los amamos en particular.

Un ángel terrestre está un poco fuera de su sitio. Luisita, inundados sus ojos de lágrimas, se ríe al mismo tiempo, y traduce así mis argumentos: Bueno; yo no querría que mi marido fuera un zonzo... No he dicho zonzo; he dicho ángel. , , ya te comprendo, y también a . Las noches que se queda en casa, vieras, hijita, ¡qué alegría! Pero ¡se queda tan pocas!...

Oye, Luisita: nada hay más duro que una piedra; nada hay más blando que una gota de agua; pues bien: la gota de agua acaba por ablandar a la piedra. No seas roca, aunque tengas razón para ello, sino gota de agua, y acabarás por vencer. Nada de ira, nada de altercados y peleas. No es de hierro la mejor cadena, sino aquella que forman los blandos eslabones de nuestros brazos.

Con estas maldiciones hípicas y un abrazo se despide mi amiga Luisita, que tiene fáciles las lágrimas y no menos fácil tiene la risa. Alguna vez os he hablado de mi excelente marido y de mi felicidad inalterable desde el día en que el amor nos unió con la bendición del altar y la sanción de la ley.

Por lo demás, Luisita, el matrimonio es una serie de concesiones.

Luisita, con tener un marido que, si no hace buenas acciones yéndose al Jockey todas las noches, hace grandes acciones regalándote collares como éste. Es posible que ambas acciones sean malas; pero esto pertenece al dominio de los economistas, donde no quiero meterme.

Del conocimiento intuitivo de esta condición del amor, nace la tolerancia, el mutuo ceder, hasta que los egoísmos se convierten en recíproca generosidad. Cuando se quiere mucho se transige mucho. ¡Ay, hijita, le quiero!... ¡ no sabes cómo le quiero! Y con todo transijo, menos con que se quede toda la noche en el Jockey. Con eso no transijo, ¡no transijo y no transijo! Está bien, Luisita.

Preguntaba con frecuencia por las más insignificantes cosas referentes a las niñas, y si Luisita Fernanda daba en no querer mamar, ya había motivo para graves cuestiones, preguntas y comentarios. Cuando todo iba bien, cuando las niñas parecían estar sanas y contentas, o Isabelita se quedaba dormida abrazada a su muñeca, el Rey solía pasear por las anchas cámaras, dando el brazo a Cristina.

Si creerá que en Villaverde no hemos visto lujo ni elegancia.... , , ya sabemos que dice que esta población es una hacienda grande.... Creerá que viene a deslumbrarnos con sus exterioridades y sus trajes. ¿Y todo por qué? Porque sabe tocar el piano. Allí está Luisita Castro Pérez que toca tan bien como ella, y sin embargo es modesta y humilde.

Luisita me muestra la sarta de perlas que lleva al cuello. «Pero Daniel no es bueno agrega porque me abandona». ¡Magnífico collar! exclamo. La mayor parte de los hombres son más capaces de grandes acciones que de acciones buenas. Este regalo es una gran acción. Conténtate.