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Sin que se interrumpiera la acción mecánica, el espíritu de la pobre mujer reproducía fielmente la escena aquella, con las palabras, los gestos y las inflexiones más insignificantes del diálogo. En medio de la reproducción iban colocándose, como anotaciones puestas al acaso, los comentarios que se le ocurrían.

Lo que a usted le conviene, Manuela, es comprar el caballo cuanto antes, pues si las gentes las ven a ustedes paseando muchos días como hoy, harán maliciosos comentarios. Los que estamos a cierta altura debernos mirarnos mucho en nuestras cosas. Y el afortunado majadero, al hablar de la altura, cerraba los ojos como si sintiera el vértigo de los que se hallan en la cúspide.

El jueves Santo llegó con una noticia que había de hacer época en los anales de Vetusta, anales que por cierto escribía con gran cachaza un profesor del Instituto, autor también de unos comentarios acerca de la jota Aragonesa. En casa de Vegallana la tal noticia estalló como una bomba.

Vaya, ciertísimo. ¿Y el padre es capaz de autorizar semejante casamiento? El padre tiene las agallas de un dorado... ¡Tres millones de duros valen la pena, qué diablos! Los comentarios que hacían a nuestro lado aquellos dos mozalbetes, recorrían sin duda los palcos y la cazuela.

El librito cuyo titulo va en el epígrafe contiene en pocas páginas bastantes datos y mucha doctrina; mas, no sólo por esto, sino por las ideas que sugiere y por los comentarios de que puede ser objeto, ha llamado mi atención y me ha movido á llamar también sobre él, si puedo, la atención del público. El Sr.

Haré, pues, la narración con las pausas, explicaciones y comentarios intercalados que él la ha hecho. De otro modo no se comprendería.

La propiedad de la vizcondesa hallábase frente del molino: los dos amigos la acompañaron hasta la portada y volvieron a los Genets haciendo comentarios sobre los atractivos de aquella encantadora criatura; mas de Beatriz no hablaron ni una sola palabra.

Traía ella consignados en precioso manuscrito todos los peregrinos sucesos de que había sido testigo, agente o paciente. Con ellos, imitando a César, se proponía dar al público sus comentarios. Es indudable que si los hubiese publicado y si no se hubiesen perdido, serían casi tan interesantes como los del Dictador romano.

Agotados los comentarios y depurado bajo todas sus fases el acontecimiento del día, pues acontecimiento es á bordo cuando se lleva una larga navegación cualquier incidente, volvimos nuevamente á la desesperante calma que tenía al barco cual si estuviera enclavado en aquel dilatado desierto de agua.

La viva disputa de D. Félix con Antero había producido cierto malestar. Se deploraba en voz baja que aquél tuviese un carácter tan violento. Al cabo renació la calma, terminaron los comentarios, y la alegría y la franqueza volvieron á reinar sobre los convidados.