United States or Brazil ? Vote for the TOP Country of the Week !


La voz de Febrer, como un susurro, acarició las orejas de la muchacha. Allí le tenía, para convencerla de que era amor, verdadero amor, lo que ella consideraba un capricho. Febrer no sabía aún ciertamente cómo había sido esto. Sentía un malestar en su soledad, un anhelo vago de cosas mejores, que tal vez estaban a su alcance, pero que él, en su ceguera, no podía reconocer, hasta que de pronto había visto claro dónde estaba la dicha... Y la dicha era ella. ¡Margalida! ¡«Flor de almendro»!

Una inmensa masa de obreros vive acumulada ó casi asfixiada en aquella capital; y á pesar de las nuevas construcciones, del progreso de la industria y de los esfuerzos que se hacen todos los dias, sea por medio de la beneficencia, sea introduciendo grandes mejoras en la organizacion de las fábricas y manufacturas, me pareció evidente el malestar de las clases trabajadoras.

Los dos jóvenes pasaron adentro, y cuando la tabernera abrió un poco la ventana para que entrara alguna luz, pudieron ver acostada en el lecho aquella agraciada figura, en cuyo semblante extenuado y pálido se pintaban los síntomas de una postración y un malestar muy grandes.

Cuando salimos á la plaza de Trafalgar, nos parecía que en realidad resucitábamos, ó que salíamos si no de un sepulcro, del infierno de una pesadilla estranguladora. ¿Podía Inglaterra permanecer indiferente á ese profundo malestar, cuando la gangrena se manifestaba principalmente en el corazon de sus mas grandes ciudades manufactureras y comerciales? No!

Al ver a la joven, apoyada en el brazo de Delaberge que iba atento y sonriente, Simón pareció sentir una impresión desagradable. Se oscureció su rostro y con una gran frialdad saludó de nuevo al inspector general. Pasaron todos al comedor y se sentaron a la mesa. Comenzó la comida en medio de un frío malestar.

Aquella noche, las señoras acababan de levantarse y una quincena de caballeros, entre los cuales estaban Cristián y Marenval, estaban haciendo los honores, según la costumbre, á unas cuantas botellas de exquisitos licores. Los hijos de la casa se indemnizaban del malestar que les producía el frac absorbiendo algunos vasos wysky.

A los cinco minutos de entrar sentía ya una picazón, un malestar nervioso insoportables... Vamos, coraje. Tu l'as voulu, Georges Dandín! En peores me he visto y sabe el cielo si en peores no me veré aún. Almorcemos. Paso sobre el menú por decoro. ¿Y ahora? Son las 12 del día, ¿qué hacer?

Y notando que su larga conversación con el español producía malestar y escándalo en los otros visitantes, se levantó para ir hacia ellos. ¿Quién de ustedes me da un cigarrillo?... Los tres salieron á su encuentro á la vez, ofreciendo sus pitilleras, y la rodearon como si quisieran disputarse á golpes sus palabras y sus gestos.

Liette estaba en su estrecha oficina viendo, como en el día lejano de su llegada al pueblo, desfilar todo el mundo por delante del ventanillo; pero la curiosidad no era para ella, y, en lugar del irritante malestar de otro tiempo, Liette sentía ahora una dulce satisfacción de orgullo maternal al oír los saludos al joven capitán de los viejos y viejas que le habían conocido niño.

Se había dejado llevar por Pablo, una docena de veces quizá, a veladas y bailes en los castillos vecinos, de donde traía siempre una impresión de malestar y fastidio. Y de ahí dedujo que esos placeres no se hicieron para él. Sus gustos eran serios y sencillos; amaba la soledad, el trabajo, los largos paseos, los grandes espacios, los caballos y los libros.