United States or Guatemala ? Vote for the TOP Country of the Week !


Rezó el capellan las preces de conjuros, votáron y renegáron los marineros, y fraguáron un sistema los filósofos del navío; pero, por mas sistemas que imagináron, no les fué posible atinar quien era el que les hablaba.

Á este punto llegaba Clara, cuando vino á interrumpirla la voz de Doña Blanca, que decía: ¡Hija, hija! Lucía y Clara se estremecieron. Aunque era imposible que Doña Blanca las hubiese oído, imaginaron por un instante que milagrosamente las había oído y que iba á terciar en la conversación por estilo terrible. ¿Qué manda V., mamá? dijo Clara temblando. Agua. Dame un poco de agua. ¡Me ahogo!

Sus obras no se parecen a las de los demás pueblos, sino como se parece un hombre a otro. Ellos fueron inocentes, supersticiosos y terribles. Ellos imaginaron su gobierno, su religión, su arte, su guerra, su arquitectura, su industria, su poesía. Todo lo suyo es interesante, atrevido, nuevo. Fue una raza artística, inteligente y limpia.

La idea de que toda la República confederada de los pigmeos se estaba ocupando de sus pantalones como de una manifestación subversiva y la seguridad de que iban á ponerle faldas iguales á las de Ra-Ra, hicieron que su risa se prolongase mucho tiempo. Los grupos de afuera se imaginaron que el coloso feroz estaba saludando con carcajadas el cadáver del sabio.

De ordinario no se detienen los hombres en averiguar la cosa por todas sus partes, ni todos tienen el ingenio necesario para conseguirlo; y como pocos aman el trabajo, y cuesta exâminar de raiz las cosas, por eso luego se precipitan, y dicen, que la palabrilla que fulano ha dicho, ú la accion que citano ha hecho, quieren decir esto, ú estotro, lo qual ni tan solamente imaginaron aquellos, de lo que se siguen mil vanas sospechas.

Edwin se fijó en que esta ave extraordinaria tenía las formas fantásticas de los dragones alados que imaginaron los escultores de la Edad Media al labrar los capiteles y gárgolas de las catedrales. Su cuerpo estaba revestido de escamas metálicas y tenía en su parte delantera una cabeza de monstruo quimérico, con dos globos de faro á guisa de ojos.

No causó poca risa en los que hallaron los versos referidos el añadidura del Toboso al nombre de Dulcinea, porque imaginaron que debió de imaginar don Quijote que si, en nombrando a Dulcinea, no decía también del Toboso, no se podría entender la copla; y así fue la verdad, como él después confesó.

Su progenie sacerdotal no estaba entre los mansos de corazón, sino entre aquellos clérigos que imaginaron abrirse las puertas del cielo con el hacha de combatir moros. Su fervor religioso tenía asomos de entusiasmo bélico.

Morsamor y los suyos creyeron oír frecuentes estampidos como de disparos de bombardas, y hasta imaginaron columbrar el resplandor siniestro que a los estampidos precedía. Sin temor, no obstante, aunque con extraordinarias precauciones, se fueron acercando hacia donde sonaban los disparos.

No respondió nada a esto la embozada, ni hizo otra cosa que levantarse de donde sentado se había, y, puestas entrambas manos cruzadas sobre el pecho, inclinada la cabeza, dobló el cuerpo en señal de que lo agradecía. Por su silencio imaginaron que, sin duda alguna, debía de ser mora, y que no sabía hablar cristiano.