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Pero eso , máteme lanza, espada ó dardo, caiga yo á los golpes del hacha de combate ó atravesado por alabarda ó daga; pero me parecería una vergüenza recibir la muerte de una de esas bombardas que ahora empiezan á usar gentes cobardes, que derrengan á un valiente desde lejos y son más propias para asustar mujercillas y niños con sus fogonazos y estampidos que para habérselas con hombres de pelo en pecho.

Bien, señora, dijo el barón; esa es sin duda la respuesta que en iguales circunstancias me hubiera dado mi inolvidable esposa, para quien son mis últimos pensamientos. ¿Qué es esto, señor barón? exclamó en aquel momento Roger con fuerte voz, desde el lado opuesto de la terraza. ¿Esto? ¡Por San Jorge! dijo el barón acudiendo presuroso, un montón de proyectiles para bombardas.

Si el sultán vencía y caía con su tropa sobre el pueblo, todo estaba perdido. Las bombardas y falconetes que guarnecían la muralla, aunque puestos sobre rudos encabalgamientos o cureñas, y nada apropósito para que la puntería fuese certera, podían barrer la turba de amotinados que se arrojase al asalto de la fortaleza, circundada de foso profundo.

Sin embargo, no negaré que en el cerco de una plaza ó una fortaleza, las compañías de pedreros y bombardas prestan magno servicio y abren á los verdaderos soldados la brecha que necesitamos para ir á verle de cerca la cara al enemigo.... Pero ¿qué esto? Alguien gravemente herido ha pasado hace poco por aquí. ¡Mirad!

Morsamor y los suyos creyeron oír frecuentes estampidos como de disparos de bombardas, y hasta imaginaron columbrar el resplandor siniestro que a los estampidos precedía. Sin temor, no obstante, aunque con extraordinarias precauciones, se fueron acercando hacia donde sonaban los disparos.

Pero también es cierto que mientras los noveles armeros limpiaban sus bombardas y les hacían tragar un polvo negro que debe de ser obra del diablo y les atacaban una de sus pelotas de hierro, nosotros los arqueros blancos solíamos atizarles hasta diez flechazos cada uno, dejando ensartados y tendidos á buen número de aquellos bellacos, que Dios confunda.

Y como sobre este punto no estuviese de acuerdo Teletusa, la ninfa gaditana no quería callarse y asentir con su silencio, sino que tomaba la palabra y decía de esta manera: No he de negar yo lo muy ingeniosas que son las invenciones de nuestra edad: el empleo de la pólvora, en arcabuces, bombardas, culebrinas y falconetes; la brújula y la imprenta; los instrumentos del famoso estrellero y geómetra portugués Pedro Núñez, y el hallazgo y la observación de nuevos astros en el cielo, y en la tierra de nuevos continentes, islas y mares.

Tambien nos quemaron en esta funcion los indios cuatro navios grandes, que estaban en el mar á media legua del puerto; y la gente de ellos, viendo el gran tumulto de indios, se pasó á otros tres que no estaban lejos, y se hallaban abastecidos de bombardas.

Interrogado por él el del esquife fugitivo habló de este modo: Yo, que me llamo Antonio Vaz, y los que vienen conmigo, formábamos parte de la tripulación de la galera que mandaba Diego Fernández y que había ido a ponerse a la entrada del estero para impedir que las fustas de Aga Mahamud penetrasen en él y fuesen a combatir la fortaleza, ya desde el agua, disparando bombardas, arcabuces y flechas, ya desembarcando gente a fin de tomarla por asalto, con el auxilio de los hombres de armas que Hamet, gran enemigo de los portugueses y dominador hoy en Chaul, ha enviado contra nosotros.

Además, los Febrer avecindados en la isla y que no eran de la Orden de Malta se embarcaron en la escuadra con doscientos caballeros mallorquines, ansiosos de conquistar Argel, nido de piratas. Las trescientas galeras salieron de la bahía, ondeando sus flámulas entre el estruendo de cañones y bombardas, saludadas por el gentío aglomerado en las murallas.